Por : Óscar Fernández Galíndez – Venezuela / Correo: osfernandezve@hotmail.com
Según el biosemiótico Kalevi Kull, la bioretórica tiene que ver con el comportamiento que exhiben los animales con la intención de convencer o engañar a otro para lograr sus objetivos. El baile de cortejo o el canto de las aves, así como el camuflaje del camaleón o los falsos colores de advertencia de algunos animales que sin ser venenosos lo parecen, son una pequeña parte de esta interesante dinámica bioretórica.
El insecto “palo” no planeó su mimesis o el pavo real no ensayó su danza de cortejo. En la naturaleza lo que es, es. En cambio, en la especie humana que vive en medio de la confusión y el engaño, estas se usa para manipular, controlar, someter y hasta para destruir al otro.
En el mundo animal, no existe ni la buena ni la mala intención. Por el contrario, nosotros somos creadores de situación muy horribles producto de la mala fe. En el mundo animal no existe la culpa, el orgullo, ni la vergüenza. Todas estas son producto del ego humano. Y en el resto de la naturaleza, éstas miradas engañosas no tienen presencia.
El ser humano debe volver a su naturaleza, debe ser coherente con su entorno y vivir en consecuencia con el mismo, lo demás es engaño e ilusión. Sobre manera, es autoengaño, porque al final todo se sabe y todo toma su cauce natural.
El ser humano coherente es el ser más natural y es allí a dónde debemos volver todos, la disonancia cognitiva nos habla del hecho cierto de que ningún ser humano puede convencer a nadie de nada, pues cada ser es autónomo y sólo su voluntad lo guiará. Cada acto de aparente convencimiento por parte de otros hacia cada uno de nosotros, no es más que un acto de auto convencimiento.
Los argumentos también son una trampa y quién caiga sólo en ellos sin acudir a la voz de su corazón, estará también siendo presa de la trampa del ego y de la razón.
Un animal como los señalados arriba, no razona, solo existe y hace lo que debe hacer con la mayor de las voluntades, el ser humano debe retornar a esa condición original, y solo después de alcanzar ese nivel de naturaleza, podrá razonar, y de seguro será un ser coherente y razonable en el mejor sentido de la palabra.