Por: Óscar Fernández Galíndez – Venezuela / Correo: osfernandezve@gmail.com

El científico que ha desarrollado su práctica desde un énfasis en el uso del hemisferio cerebral izquierdo, ha concentrado su atención en la acumulación de información y en el ensayo y el error. Asumiendo además que esa es la única forma de hacer ciencia. Podríamos llamar a esta forma de hacer ciencia “el esfuerzo por alcanzar el conocimiento”.

Todo esto nos conduce a un gran desgaste y a resultados dudosamente confiables, dado que desde la lógica de la acumulación de información, se hace relativamente imposible procesar en tiempo real, toda la información disponible.

Sin embargo, con el advenimiento de las IA, ya no será necesario que los científicos posean supermemorias sino que centren sus acciones en el desarrollo creativo de nuevos caminos interpretativos. Es decir, con la llegada de las IA, el uso y abuso del hemisferio cerebral izquierdo quedará sólo para las IA y entonces el nuevo científico creativo, centrará sus acciones en la profundización de los detalles que lo conducirán a creaciones verdaderamente nuevas.

El desarrollo de la creatividad científica conducirá al desarrollo de la intuición, y a través de esta, los nuevos hallazgos serán prácticamente instantáneos, pues ya no requerirán de grandes cantidades de información, sino que la intuición con muy poca los conducirá al resultado deseado en muy poco tiempo y con el uso de pocos recursos.

El científico creativo siempre podrá poner a prueba sus intuiciones con las IA que los ayudarán a corroborar si sus proyecciones son posibles o no. El científico creativo, irá a una velocidad tan rápida que en cuestión de meses habrá logrado lo que él científico tradicional, se tardaba años.

Aquí hablamos de eficiencia y eficacia a la máxima potencia. Las evidencias de que todo esto no es ciencia ficción, la vemos en nuestros jóvenes. Actualmente en Venezuela el sistema educativo esta prácticamente paralizado porque los docentes no reciben una remuneración justa, sin embargo, los jóvenes observando tutoriales por internet y con el apoyo de algunos adultos, han podido por ejemplo construir un robot que les ganó en un concurso a China, Rusia y a Estados Unidos.

Personalmente he podido constatar como un grupo de muchachos de un colegio aquí en la Victoria estado Aragua, han construido un dron con materiales de provecho y estoy hablando no de una escuela técnica o de una institución privada, me refiero a una institución pública que casi no ha visto clases.

Si no lo quieren ver, no lo vean, pero la nueva educación a la que hemos denominado paradigma videocultural, ya está aquí. El antiguo paradigma es decir el lectoescritural está muriendo y a través de este nuevo modelo de comprensión del mundo ya no se necesitan mucha comprensión, puesto que el joven al dejarse llevar por su intuición es capaz de hacer en tiempo récord lo que él hemisférico cerebral izquierdo tardaría meses.

Así es el venezolano, tremendamente intuitivo, no sabe el cómo ni por qué lo hace, pero lo hace. La gran mayoría de nuestros técnicos, es decir aquellas personas que reparan cosas eléctricas, mecánicas u electrónicas, no asistieron a ninguna institución educativa, sólo observando aprendieron.

Y allí tienes por ejemplo al mecánico que, sólo oyendo el motor del vehículo, ya sabe dónde está la falla. No se han percatado que aquí nadie usa manuales, si compran algún equipo nuevo, le empiezan a dar hasta que comprenden intuitivamente su funcionamiento.

Cuando hablo del paradigma videocultural, no les estoy diciendo que eso sea nuevo, les estoy diciendo que siempre estuvo pero que el sistema educativo fundamentado en los sistemas educativos de los países mal llamados desarrollados, lo opacaban.

Aquí no se trata de cambiar una materia por otra, ni siquiera de sí se sabe o no leer o escribir bien. Se trata de crear las condiciones para que desde el aprender haciendo, los jóvenes dejen fluir sus imaginaciones y así permitir que la intuición emerja.

Esa es nuestra arma secreta y es lo que ya estamos exportando. Todos los días aparece en las noticias que algún venezolano o venezolana se destaca en artes, deporte, ciencia, filosofía, etc. No hay límites para nosotros.

Y todos aquellos que para avanzar necesitan de muchos recursos, se quedan locos. Hagamos consciencia de ese gran don y convirtamos ese recurso en la punta de lanza del desarrollo estratégico del país, porque si no lo hacemos de forma constante, nos sobrepasará y no podremos hacer nada en consecuencia.

La ciencia con conciencia ya está aquí y no va a esperar a que nos percatamos de ello.

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