Por: Guillermo Alzualde (Venezuela)  y Ricardo J. Chaparro – Tovar (Venezuela)

Movidos por conocer la arquitectura de la casona en la Hacienda Ancón, fundada en 1690 como centro de dominación militar del gobierno español sobre el territorio venezolano, nos trasladamos al sector las Mercedes del Municipio Zamora en Villa de Cura del estado Aragua, específicamente, a la entrada de El Valle de Tucutunemo.

Por referencias de amigos, ubicamos al señor Efraín Olivo, trabajador de dicha hacienda para que me diera un recorrido por sus instalaciones.

Una vez contactado vía telefónica, nos esperó el día acordado en la entrada de La Hacienda El Ancón.

Entrada a la hacienda el Ancón por el sector Las Mercedes |Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Entrada a la hacienda el Ancón por el sector Las Mercedes |Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar

Conociendo a nuestro guía

El señor Efraín Olivo es un campesino, nacido y cariado en estas tierras, su padre Melecio Hurtado fue encargado de esta hacienda por más de treinta años, retirándose en 1950.

Incluso, nos contó que su abuela trabajó en el trapiche desde el año 1918, desde ese entonces, según nuestro guía, alguno o varios miembros de la familia Olivo se ha mantenido trabajando en este sitio, tiene hijos, nietos y hasta bisnietos trabajando aquí.  Es necesario agregar que se percibe como impresionante la influencia que tuvo la construcción de La Hacienda El Ancón en la generación de artesanos del trabajo de la tierra de la zona.

Señor Efraín Olivo mostrando un viejo horno a leña, para la elaboración de ladrillos y tejas de arcillas utilizados en la construcción de la edificación de la Casona El Ancón, que funcionaba simultáneamente como casa de familia, centro de acopio de productos para exportación y también como aquellos que venían de Europa, además de ser una fortaleza militar. | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar

Algo de historia

Según el relato de señor Olivo, la hacienda el Ancón se construyó durante la época colonial, cuando los españoles habían invadido totalmente los llanos venezolanos, para esa época, los productos provenientes de los llanos, entre ellos cuero y sebo de ganado  y además alimentos, traídos a lomo de mulas. La construcción de esta vía (fortalecida) permitió el tráfico de carretas, aumentando así la eficiencia del transporte en ambos sentidos.

Desde Puerto Cabello se trasladaban a los llanos herramientas de labranza, armas, telas y otros insumos, con lo cual se ahorraban la larga travesía que era la vía fluvial por el río Orinoco, para aumentar el comercio bidireccional con Europa mar abierto.

Reja de entrada a la casona, original de la época | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Reja de entrada a la casona, original de la época | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Reja de entrada a la casona, original de la época | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar

Nótese que las uniones entre piezas de hierro se realizaban con la aplicación de remaches forjados, dado que no había soldadura para la época.

Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar

Luego de construido el muelle o Puerto Cabello, donde atracaban barcos de “alto calado”, no existían vías ni espacio para almacenar los insumos que se trasladaban a y desde los llanos, Por eso, desde España autorizan realizar una exploración para seleccionar un sitio cercano al Puerto.

Vista lateral de la casona de El Ancón | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Vista lateral de la casona de El Ancón | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Sótano donde se almacenaban los víveres | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Sótano donde se almacenaban los víveres | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Sótano donde se almacenaban los víveres | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar

Según el señor Olivo, en 1680 llega a este punto el primer pelotón de soldados españoles con cuarenta esclavizados, con los cuales iniciaron a replantear el terreno e iniciar la construcción. Este sitio era ideal por su ubicación, podían llegar sin problemas las mulas, caballos y carretones cargados de insumos.

Pasillos internos | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Pasillos internos | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Patio central de la casona | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Patio central de la casona | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Fuente decorativa del patio central de la casona |Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Fuente decorativa del patio central de la casona |Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Patio Interno | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Patio Interno | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar

En la construcción fue indispensable la participación de arquitectos, constructores, alfareros y numerosos esclavizados.  Obra realizada unos años 32 antes de la fundación de Villa de Cura. Es muy probable que la presencia actual de las alfarerías artesanales familiares que han caracterizado históricamente a la parroquia las Mercedes, estén vinculadas con la construcción de esta casona.

Capilla interna, vestigio de la religión católica familiar | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Capilla interna, vestigio de la religión católica familiar | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Capilla interna, vestigio de la religión católica familiar | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Área de la cocina reconstruida hace treinta años | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Área de la cocina reconstruida hace treinta años | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Trilla de café | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Trilla de café | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar

Se observa grabado en una columna de madera las palabras “Cesó en año 1822”, un año después de la Batalla de Carabobo.

Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Espacio para la clasificación de las hojas de tabaco | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar
Espacio para la clasificación de las hojas de tabaco | Foto: Ricardo J. Chaparro-Tovar

 

¿Puedes imaginarte  la cantidad de personas que laboraban en esta actividad productiva?

En la actualidad la casona está bajo la responsabilidad del estado venezolano, el cual realiza reparaciones respetando y manteniendo los detalles arquitectónicos de la época colonial.

Por lo pronto nos despedimos  hasta una próxima publicación.

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Muy buena publicación y para que noten lo poco arraigado que muchas veces está uno de sus ancestros y de sus edificaciones, nací en Villa de Cura y no conocía está Casona hasta verla aquí. Gracias por la difusión y el realce de nuestra cultura.

Guillermo Alzualde

Gracias por comentar estimado Wilmer

José Escalante

Me encanta esta historia, tuve la oportunidad de conocer a la nieta del Sr. Olivo, hoy en día la cada está abandonada y se esra deteriorado lamentablemente, pronto visitaré este espacio.

Guillermo Alzualde

El gusto por las pequeñas historias es un placentero viaje que nos provocan mucha alegría, aclaratorias y un abanico de fortalezas en cuanto a la realidad en que vivimos, por la admiración de las cosas que pasan desapercibidas a las gran mayoría de las personas. Durante las visitas que hicimos a la Hacienda El Ancón pudimos notar que se había realizado un gran trabajo de restauración, aun sin culminar, donde la pared de la parte posterior de la casona estaba apalancada (sostenida) con tobos o listones de madera.
No hay duda que las comunidades de Villa de Cura pudiera haber dado brillo a ese espacio en todo su esplendor, si les hubiesen otorgado para uso y protección de este majestuoso monumento histórico.