Por : Óscar Fernández Galíndez
osfernandezve@gmail.com
Un sistema por definición corresponde a un conjunto de elementos que interactúan armónicamente entre sí. Transmitiendo la percepción de un todo organizado aún cuando sus partes individuales puedan manifestar propiedades independientes de dicho sistema. Desde esta perspectiva podríamos hablar de sistemas naturales y artificiales. Sin embargo la confusión viene dada por la misma sociedad. La sociedad es una artificialidad creada para contener a la naturaleza humana.
Aquí la palabra clave es control. Todo lo que en este dominio establezca parámetros y/o límites, determina una instancia de regulación. En la naturaleza estás instancias no funcionan bajo la influencia de los deseos y/o caprichos humanos.
En el ámbito social, estamos saturados de estos mecanismos. A todo esto Althusser los llamó aparatos ideológicos de estado y más adelante Focault los llamó instituciones. Una institución educativa no está diseñada para crear seres libres, sin embargo como esa es la naturaleza humana, siempre saldrá alguien que como yo que pasé por dicho sistema, se percate de todo esto.
Son muchos los elementos de control que operan allí, voy a enumerar sólo algunos:
a) Los uniformes.
b) Los contenidos.
c) Los salones de clase y la disposición de estos.
d) Los horarios.
e) El deseo de dar y el deseo de recibir.
El uniforme busca estandarizar, homogeneizar en este caso las mentes. En estos espacios no gusta quien piensa diferente. Y si bien es cierto que hay unos menos rígidos que otros, la tendencia es a pensar siempre en una línea recta. De allí los contenidos que no cambian. Los defensores de dicho sistema creen que la solución está en maquillar esto, de allí que sugieran que hay que cambiar las estrategias. Puede que algunos contenidos les sean útiles a algunos, pero nunca todos los contenidos les serán útiles a todos.
El sistema nervioso si es prodigiosamente sabio en este sentido, al poco tiempo esto que no nos es útil, es eliminado del sistema. Algunos creen que la educación para el trabajo es la solución a todo esto. Pero eso no te hace menos borrego si no has aprendido a pensar. A tener criterio.
Toda la arquitectura escolar se asemeja a una cárcel a un hospital, a una fábrica, etc. Porqué no son instancias para la liberación del cuerpo y de la mente, sino para la contención de éstos. Es por ello que por lo general un salón de clases tiene una sola puerta. Para que sus reclusos no sé escapen. Y aquí son presos los estudiantes y el docente.
Un asunto tremendamente perverso son los horarios, te cronometran la mente. Debes comenzar a usar la mente sobre un tema en específico a tal hora y a la hora y media debes apagarla. Eso para el estudiante y para el docente es eso y más ya que al mismo se le paga por el número de horas que dicta, de allí que el docente robot, lo único que busca es más horas para ganar más. Cosa que no compensa su deseo pues la paga es muy mala.
Cómo es posible controlar el tiempo en el que se produce un cambio mental. Hay procesos mentales que duran días, meses e incluso años. ¿Cómo detener esto? Y al docente ¿cómo le pagarían esto?
En todo esto hay un proceso de intercambio, sin embargo la mayoría de los docentes cree que ellos son dadores y que los estudiantes son receptores únicamente. Y aquí sólo hemos hablado sólo de transmisión de información de conocimientos. Este sistema no se interesa en ir más allá. Es decir que exista la comprensión, el entendimiento.
El famoso Eureka de Arquímedes, no está invitado a los salones de clases. Por supuesto, éste como es rebelde eventualmente se escurre. Pero éste no es el propósito del sistema. Si un docente despierta y se percata de todo esto, no puede hacer casi nada, pues casi nadie lo seguirá, será visto como un loco, un desadaptado.
Ni los estudiantes lo tomarán en cuenta, en todo caso lo seguirán para burlarse y así evadir el sistema, pero no por el deseo de aprender. El deseo de aprender no puede ser algo que se programe, debe ser algo que nazca de muy adentro y que te impulse.
Ustedes se ha preguntado ¿porqué en la mayoría de los casos, los estudiantes excelentes en primaria y bachillerato, terminan siendo pésimos profesionales o profesionales frustrados?
Por una sencilla razón, sólo obedecieron. Nunca cuestionaron. Son éstos en consecuencia los seres más dóciles y manipulables que puedan existir. Para eso sirve este mal llamado sistema educativo, y para nada más.
Y alguien dirá pero tú eres producto de este sistema educativo, y yo les diré: que soy la prueba de que puedes pasar por él y sobrevivir en el intento. Este sistema, no hizo nada más que confirmar lo que intuitivamente siempre supe, que no sirve más que para percatarse de eso.
Esporádicamente o en muy pocos casos se toma en cuenta a este tipo de personas, de paso los contenidos a desarrollar, es ahora cuando más se acercan a nuestra realidad, cuando nos dediquemos a enseñar a nuestros estudiantes a pensar críticamente, reflexivos, se empezará a ver los cambios, ¿cómo para cuándo será? Cómo dice ud. Dr. Fernández nos tildan de “locos, desadaptados”
Totalmente de acuerdo con Loveila. Cada vez somos más querida amiga los que nos atrevemos a pensar. Gracias.
Una radiografía al sistema educativo. Siempre he pensado lo mismo. A los niños de pequeños les limitan y le apagan su creatividad. El proceso de aprendizaje es muy diverso y es ahí donde vamos perdiendo verdaderos genios que podrían hacer un cambio real al mundo.
Un ser pensante libre en este sistema educativo = Desadaptado
Un ser dócil y manipulable = Buen borrego
Muy bien expuesto Óscar.