Por: Bryam Alexis Castillo Maguiña– Perú / Instagram: @yoon_astronomy

Todos los hombres por naturaleza desean saber. Señal de ello es el amor a las sensaciones. Éstas, en efecto, son amadas por sí mismas, incluso al margen de su utilidad y más que todas las demás, las sensaciones visuales. Así comienza la Metafísica de Aristóteles, y también mi historia como divulgador científico

Presentación

Mucho gusto, mi nombre es Bryam Alexis Castillo Maguiña conocido en el mundo de la divulgación científica como Yoon, tengo 20 años, me encanta la astronomía y todo lo relacionado al mundo científico-espacial.

Desde pequeño he sido bastante curioso y entregado al arte del saber. El mundo era una maravilla para mí, cada rincón del universo es maravilloso si nos detenemos a apreciarlo y observarlo.

 

 

Es muy difícil explicar el origen de mi fascinación por la ciencia y el universo observable, pero podría referirme rápidamente a mis cuatro divulgadores favoritos para entrar en contexto. Carl Sagan, Stephen Hawking, Nikola Tesla y Albert Einstein.

Esas cuatro maravillosas personas me hicieron amar al universo, encontrar fascinación ante todo lo que me rodeaba. También he tenido el maravilloso placer de toparme con el mundo de la filosofía. Aristóteles, Locke, Kant y un montón de nombres que podría mencionar, los cuáles alimentaron aún más la pasión que tengo por la ciencia.

Pero empecemos por lo básico. ¿Cuándo inició mi curiosidad por el universo? Esa respuesta debe llevarnos a mi infancia. Así que para allá vamos

Infancia y adolescencia

Inicie como cualquier niño de mi edad, desinteresado totalmente del saber y haciendo travesuras a diestra y siniestra. Un simple humano comenzando a interactuar con el mundo, pero poco a poco mi amor por la sabiduría fue aumentando.

Aquí debo agradecer a mi padre, quien me permitió e incentivó a seguir desarrollando mi curiosidad por el mundo. Era un gran admirador de Hawking y la noticia de su muerte nos llegó profundamente al corazón. Un gran divulgador cuyo legado jamás será olvidado.

Volviendo a mi historia, debo reconocer algo triste de mi vida, y es que fuera de las charlas habituales que tenía con mi padre sobre ciencia, no había otro lugar con quien compartir mis experiencias científicas y mi personalidad curiosa. Crecí prácticamente al margen de los niños de mi edad, rara vez podía compartir algo de mis conocimientos con mis compañeros, puesto que a esa edad nadie quería escuchar al niño aburrido que soñaba con desvelar los misterios del cosmos.

Esa situación no ha cambiado mucho la verdad. Al día de hoy me encuentro en la universidad cursando la carrera de filosofía y aun así no he encontrado a nadie con quien compartir ese afán curioso que siempre me ha caracterizado.

Pero dejemos las penurias para otra ocasión. Han pasado muchos años desde aquellas épocas y ahora me encuentro muy feliz con este nuevo proyecto en el que estoy embarcando: Mi sueño de convertirme en divulgador científico.

A los 17 años, logré ingresar a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), una de las instituciones más prestigiosas de mi país. Allí, pude entregarme más en el ámbito académico, conocer algún que otro profesor inspirador y con ganas de impartir conocimiento, parecía que al fin había encontrado un hogar donde mi sed de conocimiento podía ser saciada y donde mi pasión por la astronomía y la ciencia florecería aún más.

Aunque mi pasión por estos ámbitos del saber era innegable, encontrar amigos que estuviesen a la par de mis mismos intereses resultó ser una tarea difícil, me encontraba rodeado de compañeros brillantes, pero ninguno parecía entender mi obsesión por el cosmos y los misterios del universo.

Sin embargo, a pesar de tener un descontento inicial, estaba decidido a no perder la esperanza. Sabía que en algún momento podría encontrar a personas que compartieran el interés por la divulgación científica. Siempre procuré tener mi mente abierta y alimentar pensamientos de optimismo. Y me mantendré así hasta el final de mis días. Confiando en que el destino me permita conocer maravillosas personas que contribuyan con mi saber.

Origen de mi canal de divulgación

Como bien he comentado, nunca tuve la oportunidad de transmitir mi pasión por la ciencia, así que se me ocurrió crear un espacio donde pueda ampliar el horizonte del conocimiento. No soy alguien superdotado ni nada por el estilo, sin embargo, considero que mi constancia y perseverancia puede vencer cualquier límite que se me vaya imponiendo. Las personas pueden vencer y estar a la altura de los genios si ponen la vida y el alma en ello.

El trabajo duro vence al talento natural.

 

 

Estar en San Marcos abrió mi mente y por fin pude tener el valor de compartir contenido para las redes sociales, un mundo de infinitas posibilidades se abría ante mis ojos. Solo era cuestión de tiempo para que mi trabajo pudiese salir a flote, y a pesar de que este sea el inicio de mi historia, espero que se permita poder explorar el horizonte de todo lo cognoscible, aspirando siempre a compartir mi saber con el mundo. Poder ser una inspiración para las futuras generaciones, y concientizar más al mundo sobre la importancia de la divulgación científica.

Conclusión y mensaje motivacional

Gracias a las personas que confían en mí, he podido vivir un cambio magistral. Nunca me rendiré y seguiré peleando por difundir el conocimiento. Tengo muchos sueños y metas por lograr, este solo es el inicio de algo grande.

Con esto quiero hacer un llamado a todo aquel que duda y tiene incertidumbre en su pensar:

  • Deja de tener miedo y atrévete, la vida es demasiado corta para no jugarse la vida en los proyectos que amas.
  • Solo preocúpate por las cosas que están bajo tu control, o al menos eso recomiendan los filósofos estoicos, unos grandes sabios que reflexionaron acerca de la virtud y como llevar una vida feliz.

Sócrates invitaba a los hombres a que se conozcan a sí mismos; Descartes pedía, en la medida de lo posible, dudar de todo al menos una vez en la vida; Kant abogaba por una sociedad libre y racional, guiada por principios éticos universales. Y ahora yo te pido que tengas el valor de luchar por tus sueños, que te unas a la comunidad científica.

¿Quién sabe? Tal vez podamos encontrar al próximo Einstein en ti 😀

Un abrazo y mucha suerte mi estimado lector. Sin nada más que decir, los invito a seguirme y así poder llevar el conocimiento astronómico a la mayor audiencia posible.

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