Por: Óscar Fernández Galíndez – Venezuela / Correo: osfernandezve@hotmail.com 

Las personas problema son capaces de ver una dificultad donde la mayoría encuentra paz y alegría. Por ejemplo, lo invitan a una celebración y su primera reacción no es de alegría porque fue tomado en cuenta, sino de preocupación porque no sabe que debe regalar o porque no tiene ropa que ponerse, etc.

La dificultad viene del ego y la persona problema nunca se siente satisfecha, por el contrario, tan pronto resuelve un problema ya va tras el otro sin descanso. También podríamos decir que estas personas son adictas a sentirse así. No podríamos decir que sienten placer con ello, pero sí que son incapaces de escapar de este círculo vicioso.

Así como muchas personas justifican la esclavitud del trabajo como necesaria para poder vivir, el hombre o la mujer problema, justifica a dicho problema como la única forma de ver y vivir la vida. Lo cierto en todo esto es, que el problema o dificultad está presente incluso antes de que la situación se presente. Fíjense en esto, quién vive de problema en problema, ni siquiera considera la posibilidad de decir que no.

Y es por la sencilla razón que decir que no, es la solución más rápida y menos traumática, pero estas personas necesitan del drama en sus vidas. Por eso no lo consideran hasta el final de agotar todas las posibles opciones. Y esto no es por optimismo, sino por un impulso interno de autocastigo.

La persona problema necesita perder el sueño intentando resolver dicho problema para que todos vean el cómo él o ella sufre al resolverlo todo. ¿Y por qué tiene que ser esto un problema, y si es un problema porqué debes ser tú quien lo solucione? ¿Por qué debe anteceder a cada situación conflictiva o no, la preocupación y la angustia?

Pareciera que todo en esta realidad de apariencias funciona como un gran drama y que si este no es sobreactuado, se pierde su esencia. Por eso lloramos en los velorios aunque no sintamos nada por el difunto. No sé trata de lo que debe ser, se trata de creencias y convencionalismos, lo cual se traduce todo en programaciones sociales del comportamiento.

Esto se parece mucho a como cuando una persona se crea una historia anticipada a una posible situación. Un ejemplo de ello, lo vi en  un comercial de televisión en el que se presenta a un muchacho que va a buscar un poco de azúcar al vecino, y este joven se creó la idea que el vecino lo iba a rechazar y antes de decirle al vecino si podía o no darle la azúcar, este sale diciendo que mejor no le dé nada. El vecino ni se enteró de lo que pasaba.

Todo lo aparentemente externo a nosotros es pura apariencia, todo lo que nos incomoda, está dentro y es allí donde hay que buscar la solución de todos los problemas.  Al final, verás que tal problema, nunca estuvo allí. Todo fue una ilusión creada por el ego.

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