Por: Richard Jiménez – Ecuador / correo: richmarcelo@hotmail.com / instagram: @pantalones_lectores
La «Romancera del Guayas», como bien fue conocida, nació en Guayaquil el 6 de julio de 1888, y expiró en Quito el 4 de marzo de 1962. Formó parte de una destacada familia llena de figuras, que dejaron legado en la cultura patria. Su padre, José Abel Castillo Albornoz (1854-1940), distinguido político y periodista ecuatoriano, director de diario El Telégrafo —decano de la prensa nacional—; su hermana, Zaida Letty Castillo (1890-1977), gran poeta y periodista, una de las fundadoras de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Guayas; su hermano, Abel Romeo Castillo (1904-1996), escritor e historiador, autor del popular poema vuelto pasillo: Romance de mi destino; su hija, Piedad Leví de Suro (1915-2013), brilló como escritora, periodista y diplomática, fue parte de la delegación ecuatoriana en la Organización de Estados Americanos, fundadora de la Asociación de Agregados Culturales Iberoamericanos y de la Asociación de Damas Ecuatorianas; su otra hija, Graciela Leví Castillo (1925-2014), notoria periodista y escritora, fue la primera directora nacional de Turismo del Ecuador, miembro del Colegio de Periodistas del Guayas y de la Federación Nacional de Periodistas; su sobrino, José Guerra Castillo «Hugo Vernel» (1919-2018), uno de los grandes dramaturgos del país, guionista de radionovelas y periodista.
María Piedad se inició joven en la literatura, tuvo maestros de nivel, como Manuel J. Calle, escritor, sociólogo, político, periodista e historiador; y José Antonio Campos «Jack the Ripper», escritor, profesor y periodista. Se formó en la prestigiosa Sorbona de Paris, en la facultad de Filosofía y Letras, siendo una de las mejores estudiantes de su promoción. Cuando hizo su vida periodística en diario El Telégrafo, empezó escribiendo gacetillas, hasta convertirse en redactora de planta y llegar a ser corresponsal en Francia, EE.UU. y Alemania. También trabajó para El Telégrafo Literario.
Fue de una las principales promotoras del voto femenino en el Ecuador; lucha colectiva que lograría, con la Constitución de 1929, convertir al país en el primero en Latinoamérica en reconocer este legítimo e importante derecho. Nunca quieta, siempre guerreando, en 1952 abogó por una mayor participación de la mujer en la política y representatividad en las listas electorales. Perteneció a la Legión Femenina de Educación Popular, que impulsaba el desarrollo de las mujeres obreras.
María Piedad fue alabada por los núcleos intelectuales de su entorno. Compartió con el modernista español, Juan Ramón Jiménez, durante su estadía en Nueva York. Íntima amiga de la poeta chilena Gabriela Mistral, primera mujer iberoamericana en recibir un premio Nobel. Nuestra autora tuvo el privilegio de alojarla en su residencia «Quinta Piedad», ubicada en las calles Córdova y Tomás Martínez. La Mistral, en un telegrama enviado desde Chile a Nueva York, fechado 18 de noviembre de 1946, se pronuncia así de María Piedad: «Palabras inútiles para expresar emoción sentida, triunfo internacional alcanzado. Poetisa sublime, gloria nuestra…» En una visita a la ciudad de Guayaquil, exactamente en el Teatro Olmedo, dieron juntas un recital poético, al que se sumó la poeta Emma Esperanza Ortiz.
María Piedad solía escribir con el seudónimo de «Galatea», sus poemas constan en varias antologías y revistas. Dos de sus creaciones fueron musicalizadas y convertidas en pasillos por el músico guayaquileño Enrique Ibáñez Mora: Yo quisiera decirte y Canción primaveral. Su familia, cuando la autora se hallaba gravemente enferma, meses antes de morir, reunieron su obra en Poemas de ayer y de hoy: antología poética (1962).
Yo quisiera decirte
(poema convertido en pasillo por Enrique Ibáñez Mora)
Yo quisiera decirte mi infinita tristeza,
Mi angustia silenciosa, mi cruel desolación,
Cuando al querer mirarte paso frente a tu casa
Y encuentro para siempre cerrado tu balcón.
¿Qué te hice amada mía, para que me desdeñes?
¿Por qué tus dulces labios no saben sonreír?
Te esquivas, te separas, de quién te adora tanto
Que por tu amor llegará sonriendo hasta morir.
Recuerdas esas horas de aquel feliz pasado
Vanos fueron tus castos juramentos de ayer;
Hoy, olvidada ignoras, mi callada ternura
Y ríes del tormento que me haces padecer.
Por eso mi voz llega triste y apasionada,
Buscando como busco tu amante corazón;
Perdóname adorada, y al escuchar mi canto,
Entreabre un solo instante, piadosa tu balcón.
Proyecto escritoras olvidadas de América Latina.
El objetivo de este proyecto es volver a traer al debate el nombre de grandes escritoras de Latinoamérica. De muchas de ellas se ha dejado de hablar y de leer, pero se considera que sus legados son trascendentales y por ello este espacio es necesario.
Referencias
- Banco Central del Ecuador. 1985. Letras. Tomo II, N. 13 al N. 24, Colección de Revista Ecuatorianas XIII. Quito: Banco Central del Ecuador.
- Flores, Carlos Alberto. 1939. Panoramas y otros tópicos, Volumen 4. Guayaquil: Biblioteca de Guayaquil
- Galarza, Rosaura, dir. Mayo, 1910. La Ondina del Guayas, Revista Femenil Ilustrada de Literatura y Variedades, Año IV – Tomo I, Número VIII. Guayaquil.
- Librería, Papelería e Imprenta Gutenberg. s.f. Letras y Números. Publicación mensual de la Librería Imprenta Gutenberg, casa fundada en 1897. Guayaquil.
- Los Hermes. 1923. Selecciones de modernos poetas y prosistas ecuatorianos. Imprenta de Humanidades.
- Martínez, Alfredo, y Antonio Montalvo, dirs. Agosto, 1925. América, Revista Mensual Ilustrada de Literatura, Artes y Ciencias 1. Quito: Tip. Salesiana.
- Martínez, Alfredo, Guillermo Bustamante y Hernán Pallares, dirs. 1926. América, Revista Mensual Ilustrada de Literatura, Artes y Ciencias 11 y 12. Quito: Imprenta Nacional.
- Monge, Celiano, dir. Septiembre 18, 1909. La Ilustración Ecuatoriana, Revista Quincenal de Ciencias, Artes y Letras 13. Imprenta Municipal.
- Pérez Pimentel, Rodolfo. s.f. Castillo Levi María Piedad, en Archivo Biográfico Ecuador. https://www.archivobiograficoecuador.com/tomos/tomo1/Castillo-Levi-Maria-Piedad.htm.
Ensayo (in extenso) publicado originalmente en la colección DisTinta mirada.