Por: Diego Munguía – México, Nezahualcóyotl / Instagram: @mor_ia55  /Correo: dulcandymunguia@gmail.com

 

Carter es mi primer protagonista sin propósitos despreciables. Es el primero de una saga donde lo paranormal no abunda (pero sí está presente de manera pasiva) y mi primera novela que comparte dos padres. ¿Por qué lo digo? Porque es una colaboración de dos jóvenes escritores que deseaban contar una historia distinta a las antes vistas en un thriller o en una historia negra (misterio o detectivesca).

Este muchacho parido por las calles y engendrado como un ladrón que nunca en su vida sería capaz de asesinar a otra persona, se topa con una maleta con un interior macabro: un cadáver descuartizado. Y antes de pensar en dejarlo y seguir su vida como si nada, decide llevárselo y descubrir por qué el mismo haría esa locura.

Esto sólo es un poco de lo que puedo contar de mi nueva novela (en colaboración con la espectacular escritora Yanin Pérez) sobre “Carter y el cadáver de la maleta” que está próxima a ser publicada de manera independiente (lo siento gato tuerto ediciones, esta historia necesita un poco de sufrimiento para poder saber que es el éxito).

¿Qué puedo decirles de esta historia? creo que nunca pensé escribir algo así tan pronto y de esta manera. En un inicio ni se tenía planeado que fuera una novela thriller sino un cuento de terror corto de unas 10 o 20 páginas a lo mucho. Cuando tenía unos 16 o 18 años, la escribí ambientada en el aeropuerto de la ciudad de México y aunque el contenido de la maleta era el mismo, las formas en que se presentaba el desgraciado en su interior eran distintas (pasó de ser un zombi a un fantasma).

A esa edad no me creía capaz de escribir algo así que no sonara como un “creepypasta”, en esos años los escuchaba mucho, era muy fan de ellos. Pero quería algo en serio, en concreto y no algo que fuera olvidado en redes sociales o YouTube por lo que lo guardé.

Después llegó el año 2024, había pasado una pandemia que aún tiene secuelas en nuestra sociedad después de 4 años, pero en la que cada vez es menos común los casos de esa terrible enfermedad. Había hecho varias publicaciones de mis obras e incluso una novela y decidí que era momento de empezar a pulir esa vieja historia junto a muchas otras más que estaban empezando ya a salir de mi baúl de escritos pendientes.

Cambié el escenario a uno más común (y que yo supiera dominar por el bien de todos). El aeropuerto de la CDMX se convirtió en el metro de la gran selva de asfalto. Muchas cosas cambiaron, pero hubo más cuando Yanin llegó a la ayuda. Más bien, cuando yo llegué a pedirle su ayuda. Le había mandado un mensaje preguntándole si podría ayudarme para que no sonara la historia tan agringada ni de terror.

Le dije: quiero que esta historia diga “hecha en México” y que sí tenga algunos elementos paranormales, pero no los suficientes como para que se convierta en la secuela espiritual y barata del quinto sentido.

No dudó en ayudarme. Yo ya había leído sobre ella, más en específico su novela del género thriller “Espejismo” que también es un buen tema de conversación, pero por ahora solo hablaremos de Carter y su “pequeño” problema.

En un inicio me ayudó a ponerle algunas ideas para concretar lo que necesitaba, después le dije que metiera mano, más tarde se convirtió en co-autora. Se hizo una colaboración no planificada en un inicio, pero para mí no era problema alguno, pues yo admiraba lo que ella hacía y ella también a mí puesto que ya había leído mis cuentos de terror con anterioridad.

No tuvimos problemas al escribirla, lo único malo era que lo que teníamos ya no era un cuento, sino una novela corta. Pasó un mes y habíamos escrito algo que se nos había salido de las manos en cuanto a la cantidad de páginas.

Una historia de venganza, muerte y terror. Carter, el hermano perdido de Randolph Carter, aquel personaje del ciclo de los sueños inventados por H.P. Lovecraft. pero a comparación de aquel joven que viajaba entre tierras encantadas, nuestro Carter es un delincuente con tintes de todos aquellos detectives que habíamos leído Yanin y yo.

Claro está, en esta primera entrega (porque sí, esto es una saga que planeamos ella y yo después de terminar la novela y pensar ¿qué haría él después de detener a los asesinos de su amigo fantasmal?), teniendo un poco de Arséne Lupin, Sherlock Holmes, Bill Hodges, Hércules Poirot, hasta el mismísimo Héctor Belascoáran Shayne (aunque, a decir verdad, con más tintes de este último que los demás).

La primera novela no toma muchos elementos de un detective, debido a que precisamente veremos cómo evoluciona de delincuente callejero a un detective hecho y derecho que se enfrentará a su primer caso de muchos más en la CDMX. Los villanos serán mucho peores en cada entrega, pero creo que será interesante que lo conozcan siendo un delincuente con instintos de justicia e intenciones de ayudar a los demás.

Carter, aquel ladrón que dejó el ocio y el crimen para enfrentarse a sí mismo en todas sus formas.

¿Quieres saber más? Lee el libro “Carter y el cadáver de la maleta”, que esto apenas comienza.

Espero leer sus opiniones y los invito a visitar mi red social Instagram @mor_ia55, nos vemos en mi próximo blog. Igualmente, me puedes seguir mi canal de YouTube moría 55

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