Por: Óscar Fernández Galíndez – Venezuela / Correo: osfernandezve@gmail.com

Estamos transitando de una cultura lectoescritora a una videocultural y esto debe ser bien entendido. Porque los defensores de la primera ven a los niños y jóvenes que ya vienen programados para la videocultural como tontos, postes y/o deficientes.

Y esto último puede serlo para la bibliocultura, pero para la vídeo cultura en la que todos los mensajes vienen empaquetados, puede que no lo sea tanto.

El movimiento, la imagen, el sonido y las palabras ya sean dichas y/o escritas forman un todo que debe ser leído y comprendido como totalidad y no cómo algo que debe ser separado/fragmentado para ser comprendido.

Un video de unos segundos o unos pocos minutos, puede decir tanto o más que un texto largo escrito. Aquí la comparación no puede ser del todo equitativa pues las zonas del cerebro que actúan en la bibliocultura no son las mismas que en la videocultura.

En la primera estamos priorizando al hemisferio cerebral izquierdo y en la segunda al hemisferio cerebral derecho. No se trata de qué es mejor, sino cómo funcionan las mentes de nuestros niños y jóvenes.

Tenemos por ejemplo cada vez más niños que tienen serias dificultades para aprender a leer bien, sin embargo, estos mismos pueden comunicar de forma sorprendente a través de la videocultura.

Recordemos que en el ámbito de la cultura científica cuando aparecieron los primeros artículos digitales, la cultura dominante los rechazó pues preferían a las publicaciones en papel.

Hoy día prácticamente esas publicaciones no existen. Lo mismo ocurrirá cuando logremos algún consenso metodológico en relación a la elaboración de vídeoartículos.

Pero sin duda, ese es el próximo paso. Pronto todos los científicos del mundo comunicarán sus hallazgos a través de vídeoartículos.

Desde esta perspectiva, muchas cosas cambiarán por ejemplo, las tesis de grado y el negocio que los metodólogos poseen en torno a esto.

Ya no veremos a personas evaluando tesis de acuerdo al uso de la ortografía, la redacción o usando una regla para medir espacios de márgenes, ya que una IA podría encargarse de todo eso.

Las nuevas generaciones se asentarán más en el fondo que en la forma. La forma podríamos dejársela a las IA y esta podría cambiar por ejemplo de un estilo de escritura a otro en cuestión de segundos.

La evolución de la bibliocultura a los vídeoartículos podría ser progresiva e incluyente o radical y transformar nuestra forma de hacer y pensar en muy poco tiempo. Sólo la dinámica social indicará el sentido, lo único claro en todo esto, es que debemos estar preparados para lo que viene aunque no sepamos ni cómo ni cuándo.

Suscribir
Notificar de
guest

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

0 Comentarios
Más antiguo
El más nuevo Más votados
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios