Por: Luis Alfonso Briceño Montilla – Trujillo, Venezuela   / Correo: ciudadbohemia1@gmail.com / Instagram: @luisbriceño13 / https://orcid.org/0000-0001-6713-1070

“No pronunciemos una palabra referente a comida o bebida”. El festín de Babette

El festín de Babette es un films danés del año 1987 dirigido por el director Gabriel Axel y basado en la obra que lleva por título “Memorias de África” de la escritora Karen Blixen. Su principal argumento se centra en la materialización de un banquete en agradecimiento a la hospitalidad recibida por parte de los habitantes de una pequeña aldea remota de Dinamarca con respecto a Babette. A pesar de que el films es considerado una de las grandes obras cinematográficas dentro del género gastronómico, su peculiaridad es la mezcla entre religión, puritanismo, restricciones y una excelsa oda hacia los placeras de la comida francesa.

Luteranos, papistas y modernización de los valores religiosos.

A pesar de que la presencia de Babette no representa una amenaza, cierto grado de tentación es contrastado debido a las influencias culturales, a pesar de compartir cánones religiosos derivados de la misma. Es decir, tanto la concepción luterana de los personajes lugareños de la isla, como la influencia de la educación católica papista por parte de Babette, contrastan. La primera, condicionada por el rechazo a lo mundano, la privación de los placeres y la desconfianza; mientras la segunda, con un viraje hacia una forma más alegre y orientada hacia los placeres de la vida. En ambos casos, la diferencia es sustancial debido a que Babette vendría a representar una especie de modernización de los valores religiosos del cristianismo en comparación con los cimientos de la aldea de Dinamarca, la edad media y las restricciones de los gozos humanos y mundanos, como parte de la lucha contra el cuerpo. Ese templo profanado por el control sistemático y biopolítico ejercido por la iglesia en dicho periodo.

Una perspectiva bajo la óptica de Jaques Le Goff y Nicolas Truong.

Según el reconocido historiador francés Jaques Le Goff y Nicolas Truong en su libro “Una Historia Del Cuerpo En La Edad Media (2005)” señala como la institucionalidad religiosa y las normativas en construcción desplegaron una lucha contra el cuerpo en la que se prohibía muestras de placer, gozo y festividad con respecto a los placeres humanos y mundanos terrenales.

Paganos se enfrentaban contra cristianos debatiendo entre lo festivo y prohibitorio. Unos pugnaban por lo primero y otros se acomedían a ejercer flagelo sobre su propia mismidad carnal. Por ello, el festín de Babette es la representación más o menos similar que establece una diferencia entre los pobladores como cristianos y el tratamiento más o menos maniqueo del personaje de Babette como pagana. Debido a su característica festiva y de gozo, a pesar de ser señalada como consecuencia de la educación cristiana papista.

Lo que poderosamente se conecta con el Dios de la edad media según Le Goff y Nicolas Truong, es como la institucionalidad religiosa comienza por condicionar el cuerpo humano para luego implantar una conducta psíquica de restricciones. En otras palabras, la domesticación del cuerpo a través de las privaciones origina la modelación psicológica de una conducta aceptable dentro del seno religioso y sus mecanismos de expiación.

Diametralmente, el paganismo se conecta antropológicamente con formas de rituales más antiguas, en las cuales, figuras como la de Dionisio y otros dioses son representadas por la celebración, alegría, pasión y mundanismo en alusión al cuerpo y la vida. La liberación como acto de modelación social regida por leyes entre los hombres terrenales, se encuentra fuera de las lógicas del cristianismo de la edad media. Esta última como parte de un entramado en el que un grupo selecto de humanos representan la intermediación entre Dios en singular y su mensaje.

Reflexiones.

En ambos casos, el contraste de las culturas es el reflejo de la historia antropológica de las religiones y como estas modelan a la sociedad según los principios que la rigen. No se trata acá de moralizar entre el bien y el mal de sus axiomas, sino más bien, referir el cómo las sociedades han venido siendo modificadas por la monopolización y coacción con respecto a otras formas de manifestación cultural religiosa.

Casos como el de nuestras poblaciones originarias aborígenes realizan diversidad de rituales que han venido siendo aniquiladas sistemáticamente por el modelo económico dominante, lo cual pone de relieve el carácter dominador de la iglesia en la edad media como un mecanismo y dispositivo de control.

En el mejor de lo casos, la diversidad es un patrón que nos sirve como espejo para interrogarnos más allá de la ortodoxia y la posibilidad de caer en radicalismos el ¿Por qué alabamos a un dios europeo y no a la Pachamama o nuestros dioses paganos? Tal vez, esta primera pregunta nos serviría para repensar los valores que la misma Babette puso en duda sobre los pobladores que se negaban a sentir los gozos y placeres de la comida francesa. Después de todo, es difícil resistirse a esos pequeños gustos gastronómicos capaces de producir segregaciones químicas que implican imaginar desde un café, chocolate, hamburguesa, hasta la repostería más excelsa que circula como imagen y formas que incitan al abandono a sus sabores.

Estimados lectores, me despido hasta mi próximo, y los invito a seguir mi cuenta Instagram @luisbriceño13 así como visitar y suscribirse en mi blog personal, donde encontrarás información de interés, actualidad y con pensamiento crítico https://proyectoeditorialatopos.wordpress.com/ 

Fuerte abrazo virtual.

 

 

Suscribir
Notificar de
guest

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

0 Comentarios
Más antiguo
El más nuevo Más votados
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios