Por: Óscar Fernández Galindez
osfernandezve@gmail.com
Si bien es cierto que una de las razones fundamentales del establecimiento de las sociedades en la humanidad, ha sido la invención de la agricultura, el uso y el abuso de ésta práctica, genera en la comprensión social, una visión dual.
Por un lado vemos a una actividad necesaria para la producción y consumo de alimentos. Pero por el otro, eso que la mayoría de la gente llama cultura, genera prácticas no muy coherentes que no van en el sentido del bien común.
Por ejemplo, de acuerdo a la cantidad de alimentos que se produce a nivel mundial, el mundo no debería tener que pasar por situaciones de escasez, si actuará de forma no competitiva sino cooperativa.
En una ocasión ví un documental en el que hablaban de una sobre producción de arroz en China, y ésta era tan grande, que luego de abastecer a todo el país y exportar, aún les quedaba mucho arroz y no hallaban que hacer con él.Y así debe haber muchas sobre producciones en el mundo, pero esta cultura basada en el egoísmo económico, prefiere desechar los productos que compartirlos.
Podríamos entender que con la actual crisis producto del cambio climático. Hay escasez de agua, de insumos agrícolas, maquinarias y combustibles, entre otros. Otro aspecto que casi nadie dice es que uno de los mayores problemas al nivel de los altos costos en los alimentos, está en la cadena de distribución y no en la producción misma.
Es tan perversa ésta última situación, que aquellas personas que no siembran ni se esfuerzan por nada, ganan más por tan sólo servir de intermediarios.Esa cultura perversa que no busca el bien común, no es una cultura que se piensa a sí misma, pues aquí el egoísmo y el egocentrismo consumen y restringen el verdadero sentido de la agricultura.
Una agricultura endoepignosemiotica, debería ser diferente a todo lo señalado arriba:
a) Debería reconocerse la producción de alimentos como una instancia sistémica multifactorial, en y a través de la cual, la producción como tal, ha de ser reconocida como la instancia primaría del proceso para así cambiar el sentido de ésta lógica opresora que pone a los productores, sobre todo a los pobres, en el último escalón de la cadena de comercialización.
b) Siguiendo la lógica de lo que se conoce como responsabilidad social empresarial debe exigirsele a los productores, sobre todo a los ricos, devolverle a las comunidades cercanas parte de lo que sus producciones ha generado, ya sea en productos o en bienes de otro tipo.
c) Lo dicho anteriormente, debe ser siempre evaluado de acuerdo a las condiciones ambientales y a las capacidades productivas en condiciones de equidad y justicia.
d) Lo ancestral, lo biotecnológico y lo espiritual, deben hallar un punto de encuentro de construcción coherente y armónico, dado que el mal uso del suelo y el abuso de los agrotóxicos usados en los monocultivos, ha propiciado grandes daños medioambientales de los cuales nadie se responsabiliza.
Así pues proponemos desde la noción de endoepignosemiosis, un giro ético a la concepción de agricultura.