Por: Mario López – Ciudad de Guatemala, Guatemala / correo: mario287_lopez@gmail.com
Como dice el dicho popular, “tragando agua se aprende a nadar, y raspando las rodillas andar en bici”. Esto sugiere que, como todo en la vida, para aprender hay que ejecutar y cometer errores, la clave está en convertir esos errores en aprendizaje para avanzar con paciencia, y realizar de la mejor manera las actividades que nos proponemos aprender.
La actividad escritural no escapa lo referido anteriormente, sobre todo, en un área tan especializada como la redacción de artículos científicos. No debemos subestimar este proceso, ya que desde mi percepción representa una de las fortalezas o competencias más importantes que todo investigador debe desarrollar.
La desesperación aparece cuando se invierte tiempo armando nuestros artículos, y luego de pasar el proceso de evaluación la repuesta o dictamen es rechazado. No caigas en esa situación de desespero que te puede llevar a la desilusión y desistir de publicar. Aconsejo enviar tu manuscrito a otra revista, claro está, que sea de tu misma área de conocimiento y previamente ajustado a las normas de dicha revista. Antes de darte algunos consejos es importante dar respuesta a la siguiente pregunta.
¿Qué es la redacción científica?
En palabras claras, es un tipo de escritura que se utiliza muchos campos especializados del saber para presentar resultados de investigaciones, explicar teorías científicas y comunicar información a un público especialista o conocedor del área, es decir, a la sociedad científica. Se caracteriza por su lenguaje técnico, utiliza pruebas objetivas y fuentes fiables para apoyar las afirmaciones y conclusiones.
Principales errores al redactar manuscritos científicos.
Muchas veces cometemos errores al redactar un artículo científico, sobre todo si una vez culminada nuestra tesis queremos presentar los resultados o hallazgos mediante este tipo de escritos, copiamos y pegamos el contenido sin cuidar la coherencia en el escrito por el apuro o desesperación en culminar. Recordemos que la coherencia en el desarrollo de las ideas es fundamental, así como ser concreto al plantear las ideas. Entre los errores que a mi parecer se deben evitar se encuentran:
- Carencia de citas precisas de las fuentes.
- No utilizar un estilo de redacción apropiado para el artículo.
- Insuficiente información de fondo para comprender la investigación.
- Una vez culminado, no releer y corregir el artículo en busca de errores. En este aspecto, es importante hacerlo revisar con otro investigador con más experiencia.
- Pocos datos para apoyar las conclusiones.
- Poca claridad de los métodos de investigación utilizados.
- No proporcionar una estructura clara o un flujo lógico de ideas.
Algunos consejos
- Utiliza un lenguaje técnico y evita palabras coloquiales.
- Asegúrate de utilizar una gramática y una puntuación correctas.
- Utiliza frases y párrafos extensos, trata de no superar las doce líneas.
- Sé específico con la terminología y los conceptos.
- Utiliza elementos visuales como diagramas y gráficos para apoyar tu escrito, siempre explicando previo a su presentación dichos diagramas y gráficos.
Para finalizar, les cuento que he notado en estudiantes que envían los artículos sin revisar con detalle las normas de la revista científica. En el caso de las citas, ajustarlas y referenciarlas según las normas exigidas por la revista se hace un trabajo tedioso. Por ello recomiendo, leerlas e interiorizarlas previo al inicio de la redacción, ir armando las citas y referencias en la medida que avanzas en el trabajo te ayudará a organizar desde el inicio.
Como dice la canción, caminante no hay camino, se hace camino al andar. Y por consiguiente, escritor no hay escrito, si no se lee y se escribe. Y recuerda, no caigas en desespero, te puede llevar al desánimo. Nos vemos en mi próximo artículo.