Por: Luis Alberto  Pérez Parra – Investigador INIA Venezuela /. Correo: perez.luis27@gmail.com / Instagram: @lperez2703

 

La fitotoxicidad por atrazina en maíz se refiere al daño o efecto adverso que este herbicida puede causar al cultivo de maíz. Aunque la atrazina es selectiva para el maíz, bajo ciertas condiciones, la planta puede experimentar estrés o daño debido a la aplicación del herbicida.

¿Cuáles son los síntomas de fitotoxicidad?

Los síntomas de fitotoxicidad por atrazina en maíz pueden variar dependiendo de la dosis aplicada, las condiciones ambientales y la etapa de desarrollo del cultivo. Algunos síntomas comunes incluyen:

  1. Clorosis: amarillamiento de las hojas, especialmente en los márgenes y entre las nervaduras.
  2. Necrosis: muerte del tejido foliar, manifestándose como manchas marrones o áreas secas en las hojas.
  3. Retraso en el crecimiento: las plantas pueden mostrar un desarrollo más lento y una menor altura en comparación con plantas no afectadas.
  4. Malformaciones: en casos severos, pueden observarse deformaciones en hojas o tallos.
  5. Reducción del stand de plantas: una alta fitotoxicidad puede llevar a la muerte de plántulas, disminuyendo la densidad de la siembra.

Es importante notar que algunos de estos síntomas pueden ser similares a los causados por deficiencias nutricionales, enfermedades o el efecto de otros herbicidas, por lo que un diagnóstico preciso es crucial.

Control de la Fitotoxicidad

El control de la fitotoxicidad por atrazina en maíz se centra principalmente en la prevención, ya que una vez que los síntomas son evidentes, el daño puede ser difícil de revertir. Las estrategias de control incluyen:

  1. Aplicación adecuada de la dosis: respetar estrictamente las dosis recomendadas en la etiqueta del producto, considerando el tipo de suelo, la materia orgánica y las condiciones ambientales.
  2. Momento de aplicación: aplicar la atrazina en el momento oportuno para el control de malezas y la selectividad del cultivo de maíz, generalmente en pre-emergencia o post-emergencia temprana.
  3. Condiciones ambientales: evitar la aplicación en condiciones de estrés para el cultivo (sequía, temperaturas extremas) o cuando se esperan lluvias intensas poco después de la aplicación, que podrían aumentar la disponibilidad del herbicida para la planta.
  4. Técnicas de aplicación: asegurar una distribución uniforme del herbicida, evitando la superposición de aplicaciones que puedan resultar en una sobredosis en ciertas áreas del campo. Utilizar equipos calibrados y boquillas adecuadas para minimizar la deriva.
  5. Rotación de cultivos: en sistemas de rotación, considerar la sensibilidad de los cultivos siguientes a los residuos de atrazina en el suelo y respetar los periodos de espera recomendados.
  6. Manejo del suelo: en suelos con baja materia orgánica o texturas ligeras, utilizar dosis más bajas de atrazina, ya que estos suelos tienen menor capacidad de retención del herbicida y el riesgo de fitotoxicidad puede ser mayor.

En casos donde ya se ha presentado fitotoxicidad leve, proporcionar condiciones óptimas de crecimiento para el maíz (riego adecuado, fertilización balanceada) puede ayudar a la planta a recuperarse parcialmente. Sin embargo, en casos severos, las pérdidas de rendimiento pueden ser inevitables.

Recomendaciones para el uso de atrazina en maíz

Considerando mi experiencia para minimizar el riesgo de fitotoxicidad por atrazina en el cultivo de maíz, recomiendo seguir las siguientes prácticas:

  1. Leer y seguir cuidadosamente las instrucciones de la etiqueta del producto. Esta es la fuente de información más importante sobre la dosis, el momento de aplicación, las precauciones y las recomendaciones específicas para el producto que se va a utilizar.
  2. Realizar una correcta calibración del equipo de aplicación para asegurar la aplicación de la dosis precisa y uniforme.
  3. Considerar las condiciones del suelo y el contenido de materia orgánica al determinar la dosis de atrazina a utilizar.
  4. Evitar la aplicación de atrazina en condiciones climáticas adversas que puedan aumentar el estrés en el cultivo o favorecer la movilidad del herbicida.
  5. Implementar un programa de manejo integrado de malezas (MIM) que combine el uso de herbicidas con prácticas culturales y mecánicas para reducir la dependencia de un solo herbicida y minimizar el riesgo de fitotoxicidad y desarrollo de resistencia.
  6. En rotaciones de cultivos, planificar cuidadosamente la siembra de cultivos sensibles a la atrazina después del maíz, respetando los intervalos de seguridad recomendados para evitar problemas de residualidad.
  7. Almacenar y manipular la atrazina de forma segura siguiendo las recomendaciones de la etiqueta para proteger la salud humana y el medio ambiente.
  8. En caso de duda o problemas de fitotoxicidad, consultar con un técnico agrícola o ingeniero agrónomo para obtener un diagnóstico y recomendaciones específicas para la situación.

Siguiendo estas recomendaciones, los productores de maíz pueden utilizar la atrazina de manera efectiva para el control de malezas, minimizando el riesgo de fitotoxicidad y asegurando un buen rendimiento del cultivo.

 

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