Por: Óscar Fernández Galíndez – Venezuela / Correo: osfernandezve@hotmail.com
Desde siempre la percepción intuitiva ha sido la clave de la investigación en todos los ámbitos, tanto científica, tecnológica, filosófica e incluso espiritual. Antes del internet, el intuitivo se valía de documentos, bibliotecas y entrevistas, pero antes de ello se valía de su olfato que lo conducía a una u otra dirección.
La investigación policial aún a pesar de la tecnología, no deja de acudir a dicho olfato. Luego con la emergencia del internet, la clave fundamental fue saber preguntar al buscador, y ahora con la inteligencia artificial, la clave sigue siendo la misma. El intuitivo no sólo puede usar este recurso para conocer y/o aclarar una duda, sino también para corroborar una intuición y/o teoría. Así pues la clave fundamental es saber preguntar.
Quien sabe preguntar, ya tiene la mitad de la respuesta. Por el contrario quién no, sólo se perderá aún más. Aquí la clave es precisión, pues si no lo hacemos, por ejemplo, en internet los buscadores te dará 1000 o más documentos que no tendrás tiempo en revisar.
Es por ello que saber preguntar es la clave fundamental, tanto dentro de nosotros como en nuestro exterior.