Por: Sofía Urra Rivadeneira – Cuba / Correo: sofiaurrariva@gmail.com / Instagram: @sofi_entre_palabrasyletras
Hace poco leí en internet el comentario de una persona que decía que no entendía por qué las personas que decidían mudarse a otro país lloraban cuando llegaba el momento de irse. Entiendo que quién no ha tenido que tomar una decisión así, no pueda comprender cómo se siente uno cuando tiene que vivirlo. Mediante este artículo pretendo explicar de forma muy resumida, desde mi experiencia, lo que es mudarse a otro país.
Empezar de cero, recoger tu vida en una maleta, emprender un viaje a un país desconocido, construir un camino, una vida nueva; todas estas son formas diferentes de llamarlo, pero terminan significando un gran cambio en nuestra vida.
Comienzas a verlo todo como la última vez en mucho tiempo, porque probablemente lo sea. Decidir irte de tu país implica olvidarte de todos los planes anteriores, ahora eso forma parte del pasado y frente a tus ojos solo hay un montón de páginas en blanco, esperando a ser escritas. Habrá momentos en los que la idea de un futuro completamente nuevo e inesperado te emocione, pero en otros te puede atemorizar tanto que querrás huir de tus propios pensamientos.
No poder imaginar el momento de tu partida, a pesar de sentir que lo has estado esperando desde hace tiempo. Mirar por última vez tu casa, recorrer en silencio las calles que fueron parte de tu rutina diaria. Sentir miedo del futuro incierto, pero también ganas de intentarlo. Nada te prepara para la despedida, la que no sabías que iba a doler tanto hasta que sientes el nudo en la garganta, y te repites que no debes llorar porque eso hará llorar a tu familia.
Mirar a las personas que amas unos segundos más, querer fundirse en un abrazo con ellos, luchar contra las lágrimas que irritan tus ojos. Sentir que necesitas más tiempo para afrontar todo lo que está sucediendo, un momento más para besar, abrazar, sentir, decir todas esas cosas que sientes que no dijiste cuando tenías tiempo.
Te das la vuelta y empiezas a caminar hacia tu nueva vida, lejos de todo lo que conoces, pensado: “si siempre he soñado con esto por qué duele tanto”. Los pasos aumentan, sabes que te estás alejando y que dentro de unas horas estarás tan lejos que te será difícil de creer. Te preguntas si de verdad estás tomando la decisión correcta. ¿Vale la pena el sacrificio? . ¿Y si sale mal? …las preguntas ocasionadas por el miedo se abren paso en nuestra mente, pero no debemos dejarlas avanzar.
Nada me afectó tanto como cuando llegué y solo pude pensar en lo lejos que estaba de mi casa, pero las lágrimas pasaron y me di cuenta que estaba un paso más cerca de mis sueños. Tomar la decisión de empezar una nueva vida en otro país es muy difícil, puede ocasionar estrés, lágrimas e incluso miedo, todo por la esperanza de algún día alcanzar nuestros sueños. Pero a pesar de todas las lágrimas derramadas sigue valiendo la pena el riesgo.