Por: Francisco Barrera Opazo

Correo: fco.barrera.opazo@gmail.com

Desde hace un tiempo, es común encontrar videos de coaching, influencers, artistas de talla mundial, entre otros, que promueven “dejar el Ego atrás”, a un lado e incluso invitan a “matar el Ego”, pero ¿cómo sería esto posible?

Inicialmente cabe preguntarse qué es el Ego y es que, coloquialmente se le ha dado un sentido distante a su origen, como cuando se dice “eres egocéntrico” como algo negativo, o bien lo contrario “yo no soy egocéntrico”, como si esto significase un nivel de desarrollo superior. Aquí tenemos un par de ejemplos de juicios morales inmaduros, que buscan ser mejores que “los otros”, sin darse cuenta de que esto lo hacen exclusivamente para satisfacer a su Ego.

Ego es un término proveniente del Latín antiguo y hace alusión a la verbalización de la primera persona, tal cual decir “Yo”. Posteriormente Freud le dio un uso a esta palabra, para identificar un pilar fundamental en la estructuración de la Personalidad.

Suponiendo que el Humano es una especie Egocentrada, el Ego sería una especie de órgano que permite al cúmulo de microorganismos que componen nuestra corporalidad, integrar su entorno mediante una narración temporal interna. En un plano Real nuestro cuerpo está compuesto por diversas moléculas, unidas entre sí por enlaces químicos, pudiendo ser este intercambio de energía una causa de la pulsión dinámica que mueve y guía nuestra conducta. Esta pulsión en sentidos evolutivos/adaptativos moviliza a una voluntad primitiva, que sería una consciencia primaria, orientada exclusivamente en conseguir lo necesario para subsistir, un movimiento hacia el deseo y en evitación de la muerte.

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Ilustrado por César Meza

Posteriormente se desarrollaría una consciencia secundaria, la cual sostendría el desarrollo moral de cada individuo. Esta integración experiencial ocasiona una vivencia lógica, el Ego (neurótico) que logra percibir una vivencia con “sentido”, en la que incluso habiendo queja, existe una estructura que brinda sentido y carga de significado a lo real.

La idea de “matar o desprenderse del Ego” propuesta por algunas personas, lejos de ser posible, instala un ideal en las personas que lo acepten, un ideal que moraliza como bueno a quien lo logre, pero juzga de “egoísta” o “egocéntrico”, como algo negativo, a quien no lo ha hecho; cosa que hacen desde su Ego, por cierto. Siendo rigurosos, este ideal de abandonar el Ego, es justamente para darle al Ego una sensación de bienestar y satisfacción, pero entonces, no es que lo estén dejando de lado, es todo lo contrario, están alimentando a su Ego de algo que parece tener sentido.

Lo anterior podría suponer un problema en cuanto se genera un evidente autoengaño, no obstante, otorga estructura y seguridad, brinda una vivencia de completitud, de que se está yendo por un camino correcto y saludable (contrario a ser “tóxico”). Esta sensación de estar haciendo bien las cosas, explica que quieran compartir su fórmula de desarrollo personal, lo que además de satisfacer a su Ego, ignora por completo la existencia del otro como otro auténtico, no importando sus tiempos, ni qué problema le esté atormentando, como si se tratase de una fórmula general para alcanzar el bienestar.

En todo caso, más allá de buscar diferencias entre enfoques teóricos, esto tiene consecuencias notorias en la sociedad, pudiéndose observar en las Redes Sociales un sinfín de publicaciones dedicadas a mostrar “lo humilde que soy”, claro que no siempre dicho tan concreto. Para algunos bastaría con tomarse una foto en un entorno menos privilegiado al que mora, acompañado de algún texto reflexivo; otros harían un video donando dinero a personas que viven en la calle, grabando además su reacción y subiendo esto como contenido a plataformas como Youtube, o bien en sus Redes Sociales.

Más allá de lo concretos que sean para satisfacer los anhelos de su Ego, es llamativo que inviten a las demás personas a hacerlo, mostrando su “éxito” como resultado de su desarrollo personal. Cada persona tiene la libertad para compartir sus creencias, así también quien quiera seguir esta creencia puede hacerlo, pero tengamos a la vista que esto debe generar consecuencias en la sociedad, que a su vez ha ido presentando diversos síntomas sobre los cuales escribiré en mis siguientes artículos. En este texto, me enfoco exclusivamente en el origen y funcionalidad del Ego, como un órgano unificador de vivencia para la composición misma del cuerpo y la experiencia vivida.

Pensando en que este Ego unificador, que guía la voluntad de la persona, necesita estructurarse de alguna manera, entran los sentidos y percepciones a jugar un rol importante para conectarnos con “lo Real” (en sentido Lacaniano), sin embargo, para sobrevivir, necesitamos cargar a lo real de significados, símbolos, dando forma a las creencias. Dentro de estas creencias además nos cargamos atributos personales, en función de lo que nos dicen nuestras principales figuras de afectación, nuestros referentes personales. Esto no necesariamente se dice con palabras, aunque es común escuchar a los Cuidadores hablando de sus hijos de maneras específicas; “este es terrible”, “es malo para dormir”, “es travieso”, “es tranquilo”, etc. Estas frases, construyen el Yo (Ego) que el sujeto cree Ser.

El Ser que se cree ser, ese es el Ego. Me pregunto a qué se refieren con estas populares frases que proponen “matar al Ego”; ¿Qué nos volvamos Psicóticos? Los Psicóticos tienen su Ego desintegrado, fragmentado, junto con una profunda alteración del juicio y sentido de realidad, justamente lo simbólico e imaginario (El Fantasma). Por esto justamente es que los Psicóticos son libres de la neurosis, maldita neurosis que genera sufrimiento en el Neurótico, gracias a la cual, por cierto, estructuramos y damos forma a la realidad de una manera que nos ha permitido alcanzar el momento actual en la evolución de nuestra especie…

Sería un buen momento para preguntarnos ¿Qué es lo bueno entonces?, ¿La neurosis es buena o mala?, ¿por qué el sufrimiento es malo?… Los pensadores antiguos desarrollaron una buena técnica para pensar estas cuestiones, observar a la Naturaleza, observar interacciones entre distintas especies o bien, en individuos de los mismos clanes de animales. En la Naturaleza no existen buenos o malos; el zorro que caza a una hembra de conejo a punto de dar a luz, simplemente está subsistiendo. El juicio moral sobre este acto, no existe en el reino Animal, Vegetal, o Fungi, parece ser algo exclusivamente Humano. Lo que por cierto no es malo, nos ayuda a predecir situaciones y sobrevivir de una manera que no hacen los otros reinos presentes en la Naturaleza.

A partir de lo anterior, se podría entrever que los juicios morales del Humano, no responden a un plano Real, más bien están articulados con una dimensión Simbólica e Imaginaria (o el Fantasma del individuo), aunque esto bastaría para que exista un problema; La existencia de algo no necesita ser Real, por lo tanto, el registro Imaginario y Simbólico, podrían tener afectación real en un individuo, sin que necesariamente exista un estímulo externo. Podría pasar que, al estar realizando una tarea, aparezca en la mente de un individuo un pensamiento sobre algo que debe hacer a continuación o algo que no ha hecho y debería haber realizado, lo que podría generar pensamientos y emociones que no estaban presentes hasta entonces, evidenciando que se puede activar movimientos energéticos que orientan la conducta, de manera intrínseca.

Volviendo al planteamiento del problema de este artículo, se comprende que el Ego es necesario para la vivencia “con sentido” que llevamos la mayoría de individuos, por lo que eliminarlo supondría la pérdida del sentido. En otras palabras, eliminar el Ego, solo podría ser deseable para el Ego de quien cree que es correcto eliminar el Ego. En vez de seguir la inercia popular, podríamos ejercitar nuestra moralidad y flexibilizar nuestra lógica, estudiar epistemologías y pensamientos ajenos y contrarios, a modo de cultivar un Ego capaz de observar hacia afuera de su propia existencia, un Ego lo suficientemente fuerte como para poder explorar el entorno sin perturbarse y apropiarse de afectos ajenos, un Ego capaz de reconocer su propia emocionalidad como una parte del todo, pero no necesariamente como algo Real o absoluto.

En esta lógica evolutiva de la existencia del Ego, la muerte se podría comprender como un punto en el que ya no es viable sostener unificadas a las estructuras corpóreas que dan el soporte real para posibilitar la existencia humana, produciéndose la desintegración del cuerpo, no sin primero desaparecer el Ego, en este momento efectivamente el Ego desaparece junto con la consciencia, cuando el corazón deja de latir y las funciones vitales dejan de suceder. Sin embargo, los microorganismos que nos estructuran en un plano real, se reparten como alimento para otros organismos o bien como carbono para el Micelio que descompone y crea un sustrato fértil para otras formas de vida.

Para concluir podríamos decir que el Ego no es algo que se pueda eliminar desde la consciencia, esto sería de hecho una paradoja, en la que se busca matar al Ego para satisfacer al propio Ego. A pesar de esto, es necesario reconocer la importancia de cultivar un Ego saludable, abierto a percibir y respetar creencias y pensamientos ajenos, sin apropiarse de ello. Esto se podría manifestar en situaciones cotidianas, como por ejemplo cuando vas a comprar y te atienden mal, con desgano, con molestia, con una cara que comunica desagrado; en esta escena, el Ego del cliente mal atendido, podría apropiarse de las emociones ajenas, elaborando pensamientos emergentes de esa molestia ajena (“qué mal que atiende este tipo”, “de seguro no es el dueño del local”, “primera y última vez que vengo a comprar acá”, etc.).

Por otro lado, se podría entender que ese malestar sentido en ese momento, es ocasionado por las emociones creadas por otro Ego, por lo que no tengo la necesidad de dejarme perturbar por esas emociones, podemos ser los conductores de nuestras emociones en función de que distinguimos estas sutilezas. En vez de hacerme dueño de la emoción ajena, podría devolver la emoción o la afectación a quien la esté arrojando, con un simple “¿Estás bien?, noto que algo te pasa, pero no sé si yo te puedo ayudar”, le estamos diciendo al otro “soy capaz de ver que algo te pasa, más allá de lo que causa tu conducta en mí”.

Este es un artículo que ya habla sobre tecnicismos psicológicos y elementos en los que, sin duda, se podría profundizar, por esto te invito a comentar tus pensamientos, reflexiones y dudas al respecto. Además, estas temáticas existencialistas, están rodeadas de misterio, por lo que, si se te ocurren ideas curiosas al respecto, vendría bien leer tus comentarios, ya que podríamos ir escribiendo artículos que atiendan a la misma inquietud de los lectores.

Si te interesa este contenido, te invito a revisar nuestra cuenta de Instagram https://www.instagram.com/egosapiens.sapiens/ o bien nuestras transmisiones en directo en el canal de Twitch https://www.twitch.tv/egosapiens . Además les cuento que nuestros artículos estarán acompañados de las ilustraciones de https://www.instagram.com/trafal_art/ , si te gusta su trabajo, te invito a explorar sus redes.

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Claudia Contador

Hay muchas aristas en el texto según mi percepción, el generalizar es una, el concepto conciencia es otra y la palabra ego viene de las obras teatrales griegas, dónde usaban mascaras para interpretar a los distintos personajes, estás eran cóncavas lo que permitía que las voces se escucharan, recordemos que no existía amplificacion. Para mi ego es mi máscara con la que me proyecto al mundo y sus vicicitudes, por tanto decidir cuando usarlo es el desafío y eso es hacerlo en conciencia, si no ocurre lo que mencionas. El autoconocimiento permite eso, y eso es crecer, cada uno con sus propios tiempos y procesos.

Sebastian Parra

Me gustó mucho el articulo. Cada vez busco más aprender sobre estos temas. Muchas gracias.