Por : Sebastián Parra Zurita – Chile / Instagram: @z.s.parra / Correo: zsparra01@gmail.com
La moral es una palabra que se ha escuchado durante mucho tiempo para hacer referencia a las conductas de los individuos para actuar correctamente en sociedad. No por ello la palabra Moral etimológicamente proviene del latín: moralis, lo cual está asociado a las costumbres, costumbres que un pueblo, región o civilización se distingue de otras. En este articulo no pretenderé profundizar sobre los pensadores más influyentes en el aspecto moral. No. Solo daré una apreciación general sobre este concepto y desmenuzar su subjetividad global mediante ejemplos generalizados.
Para hablar de la moral debemos distinguirla de la ética, la moral está asociada a la conducta social mientras que la ética es de aspecto individual. Los individuos pueden actuar éticamente según sus propios principios, pero aquellos principios (o valores) quizás no se ajusten a la moral establecida por una sociedad. Es por ello que en un conjunto de individuos pueden existir buenas costumbres que para otro conjunto de individuos pueden resultar aberrantes.
Grafiquémoslo con un ejemplo. En estos momentos se vive una tensión relacionada a los movimientos LGBTQ+ donde este conjunto de personas que comparten una costumbre de unión homosexual no es compartido, por ejemplo, con los conjuntos moralmente más tradicionales tales como los grupos asociados al cristianismo. La moral cristiana está sujeta a los valores “correctos” en relación a las enseñanzas de Dios y luego por medio de su hijo, Jesucristo, en las cuales se establece que la unión parental solo debe ser entre parejas heterosexuales. Esta es una costumbre tradicional que está bien vista por los cristianos, es moralmente aceptable que las parejas y las bases familiares sean entre hombre y mujer.
La costumbre del movimiento LGBTQ+ entonces difiere de la moral cristiana en base a los estatutos matrimoniales.
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Déjenme darles otro ejemplo. Las sociedades de la antigüedad, específicamente la Grecia antigua, establecía que era moralmente aceptable tener esclavos. Aristóteles, uno de los más grandes filósofos de la historia, incluso defendía esta postura ya que su argumento se basaba en que, si no se tenía la ayuda de los esclavos para cocinar o hacer los quehaceres del hogar, era imposible la actividad filosófica la cual dependía netamente del ocio y del tiempo para ponerse a pensar. Es más, él mismo se inclinó por defender que sólo a los hombres les correspondía hacer el servicio militar y realizar las tareas del pensamiento tales como la filosofía, la política y hablar sobre temas referidos a la polis en el ágora, dejando de lado a las mujeres en el desarrollo de estas actividades, a las cuales se les debía asignar la tarea de procrear hijos y quedarse en casa (costumbres adoptadas por casi todas las culturas en la antigüedad). Pero hoy, por mucho que encontremos lógica la posición de Aristóteles con respecto a los esclavos (no así con las mujeres), resultaría hoy en día una posición antimoral y trasgresora con los derechos de las personas.
La moral resulta ser sumamente subjetiva, el mundo occidental está culturizado con las costumbres judeocristianas, no es un misterio para nadie que el imperio romano, al adoptar el cristianismo como religión, se haya expandido por esta parte del mundo adjudicándose una autoridad moral que de alguna u otra manera aborrecía las costumbres paganas. Pasó con los bárbaros alemanes, los vikingos del norte de Europa y con las tribus africanas. Pero sin duda donde mayor repercusión tuvo fue en los pueblos americanos. Los aztecas, por ejemplo, tenían una cosmovisión y costumbres muy distintas a los pueblos europeos, ellos realizaban inmolaciones de infantes para que Tlaloc pudiese verter la lluvia sobre los cultivos, sacaban corazones en nombre de los dioses para que los ayudara en la guerra y un sinfín de costumbres que hoy en día nos parecen atroces. Pero lo curioso es que la gente perteneciente a aquella cultura estaba de acuerdo con ello, los sacrificios lo veían como algo normal e incluso como un gran honor. Pero para el cristianismo europeo era una conducta pagana que debía ser erradicada.
La cultura sin duda influye en la moral de una sociedad, ya que es esta la que antepone las costumbres asociadas a una población determinada. La cultura responde a una imposición involuntaria por de facto. La imposición lleva a la coerción del individuo y del individuo a la sociedad, pero todo esto es de una forma indeliberada que se asocia como una costumbre normalizada. Grafiquemos esto con un simple ejercicio.
Si una sacerdotisa anunciaba que Sócrates es la persona más sabía y él mismo, tanto como el conjunto poblacional llamado Atenas lo cree, esa sacerdotisa es vista como una pitonisa y todos creerán que su vínculo con los dioses es inexorable ya que las costumbres así lo determinan. De otro modo, si aquella misma sacerdotisa anuncia frases enigmáticas en la plaza de un pueblo en plena Edad Media, posiblemente las costumbres asociadas al cristianismo la hubieran considerado como una mujer hereje y la hubiesen considerado bruja para posteriormente prenderle fuego. En último caso, si aquella misma sacerdotisa lanza augurios a las personas en una calle de Nueva York probablemente la considerarían loca y la llevarían a un hospital psiquiátrico.
El hecho acaecido en distintas épocas marca una interpretación moral distinta en base a la cultura. Es por esto que Nietzsche afirmó que no existen hechos morales, sino interpretaciones morales de los hechos. El hecho de que a una pitonisa la quemen viva no resulta una costumbre positiva o negativa, la adjetivación del hecho repercute netamente en las costumbres asociadas a la cultura predominante de un conjunto poblacional que puede ser interpretado de diversas maneras en diversas culturas o tiempos.
Es por ello que la moral se ajusta a diversas culturas modificándose con el tiempo y ninguna de ellas puede tener una autoridad sobre la moral. Intentar adjudicarse la autoridad moral sería un absurdo y una entelequia, similar a intentar apoderarse de la libertad, lo cual, resulta de una soberbia infinita. Cada pueblo y cada cultura conlleva una moral distinta, adjetivarlo es en suma de humanos.
El tema de la moral es extenso y por mucho controversial, pero ¿Qué te parece a ti? ¿crees que exista una moral absoluta? de ser así ¿cuáles serían los rasgos más característicos? Coméntanos. Y si quieres profundizar más sobre estos temas te invito a seguirme en mis redes: Instagram: z.s.parra; Tik Tok: z.s.parra; Youtube: z.s.parra