Por: Maximiliano Cifuentes Ibarra – Iquique Zona Norte, Chile / Estudiante, Universidad Arturo Pratt  / Instagram: @fiona.y.nico / Correo: faunadelmundoconfionaynico23@gmail.com

En la actualidad suena algo contradictorio decir que una actividad tan antigua y muy conocida por su impacto ambiental (muchas veces negativo) como la pesca ha contribuido en las ciencias del mar como la biología marina y la oceanografía, desde mi experiencia me ha tocado encontrar a oceanógrafos y biólogos marinos que se oponen a todo tipo de pesca, incluidas aquellas artes como la pesca submarina con arpón, que en comparación con la pesca industrial es menos nociva para el medio-ambiente.

Esta oposición se debe a la influencia de algunas ideologías como el animalismo y el veganismo, que han cobrado mucha fuerza en el siglo XXI, estas ideologías se oponen al simple hecho de maltratar o de quitarle la vida a otro ser vivo (incluso para comer o si eso te da sustento tanto a ti como a tu familia), pero hoy no venimos a hablar de esta ideología, el objetivo de este escrito es evidenciar la alianza pesca-ciencia que muchas veces ha pasado desapercibida o también se habla mucho de la misma, a sí mismo, invito al lector a la reflexión sobre la importancia que tiene la pesca, no solo como fuente de ingresos económicos y de alimentación, sino que también a ser vista como un medio y una herramienta para investigaciones científicas.

Génesis pesquero

Se sabe que no todos los grupos de seres humanos que salieron del continente africano, se establecieron en bosques, praderas o cuevas, algunos de ellos en vez de instalarse tierra adentro, lo hicieron en las costas, cerca del mar, cerca de grandes ríos, lagos o manglares. Estos ambientes proveían una clase de recursos para la alimentación, distintos a los que se encontraban en los ambientes completamente terrestres, moluscos, crustáceos, equinodermos y peces, eran criaturas que solo se podían encontrar en los ambientes acuáticos y eran un manjar que nuestros antepasados aprovecharon sin dudarlo.

La pesca es una actividad antigua, que se remonta al menos, hacia principios del paleolítico superior. En un análisis isotópico de los restos del hombre de Tianyuan (un humano moderno que vivió en el este del continente asiático hace 40.000 años), demostró que este consumía de forma regular pescados de agua dulce.

Al principio los métodos para atrapar peces eran muy rudimentarios, primero se usaron las manos, lo cual no era muy seguro, debido principalmente a que los peces podrían escaparse, además, algunas especies eran un poco agresivas cuando se sentían amenazadas. Posteriormente, los seres humanos desarrollaron estrategias rudimentarias, pero eficaces para atrapar peces, tales como; lanzas, flechas y arpones.

Uno de los inventos que revolucionó la forma de atrapar peces y cualquier otro organismo acuático, fueron las redes de pesca, fabricadas a partir de materiales naturales, siendo la primera de ellas, una que data hace 8300 años (construida a partir de los materiales de los sauces), con las redes de pesca se podía capturar más peces y con esto garantizar la alimentación de la comunidad o grupo familiar.

Y a lo largo de la historia humana, algunas artes de pesca fueron evolucionando y otras fueron dejadas en el olvido, en la actualidad es la pesca con redes de arrastre la más utilizada para capturar peces y organismos acuáticos, siendo uno de los métodos que más impacto tiene en el medio-ambiente (porque las redes arrasan con los ambientes marinos, atrapando no solo a los peces que se pretendía pesca, sino que también a especies en peligro de extinción, además, muchas de ellas quedan abandonadas en el fondo), y este método le ha dado su mala fama a la pesca en general.

El punto de inflexión

Con la pesca de arrastre, llegó la sobrepesca, este fenómeno si bien no es reciente, empezó a ser una preocupación a nivel mundial en el siglo XX, ya que ahí empezó a amenazar al planeta como tal, aunque no lo parezca, un evento que sirvió para marcar un punto de no retorno o de inflexión, fue el colapso de la pesquería del bacalao (Gadus morhua), una especie de pez que fue sobreexplotada en el norte del atlántico (específicamente en la Isla de Terranova) durante 1970 a 1980, lo que causo que en 1992 colapsara su pesquería y que recién en el año 2000 se estuviese recuperando.

Junto a iniciativas como la acuicultura se ha reducido el impacto de la pesca industrial, aunque muchas veces no es suficiente para mitigar sus efectos negativos, a veces se requiere de la regulación de las autoridades, y tomar medidas tales como las vedas y la utilización de tallas mínimas.

La otra cara del oficio

Sin embargo, así como se ha tachado a la pesca de destructiva gracias a la pesca de arrastre, lo cierto es que la actividad pesquera es importante y no solo desde un punto de vista económico o alimenticio, también se le ha dado un enfoque en pro de la ciencia y la conservación del medio natural.

Desde el punto de vista científico podemos destacar el redescubrimiento del celacanto (una especie de pez de aletas lobuladas considerado un fósil viviente) como una de las grandes aportaciones de la pesca a la investigación científica. Este pez que se creía extinto desde finales del periodo cretácico, fue redescubierto en 1938 por un conservador de un museo sudafricano en una barca de pesca local, aunque los pescadores que lo capturaron solo estaban haciendo su trabajo, para los científicos de dicha época no hubiera sido posible el redescubrimiento de este pez sin la ayuda de los pescadores.

Ahora hablando desde el punto de vista de la conservación de los entornos naturales, puedo destacar un ejemplo propio de mi país chile, el establecimiento de Pisagua como un área marina protegida de múltiples usos. No solo fue el trabajo de biólogos, investigadores e instituciones, sino que con ayuda de los pescadores locales de la comunidad de Pisagua, se pudo consolidar como lo que es.

Por definición de Sernapesca un Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU), es una zona destinada a proteger a la biodiversidad y a las especies en peligro de extinción, pero también tiene como objetivos el generar material para la investigación y educación así como fomentar las actividades de pesca comercial y recreativa, pero siempre teniendo un enfoque en la sustentabilidad.

Y es que justamente la sustentabilidad es el camino que se debe trazar para poder asegurar la permanencia de los recursos pesqueros en el futuro, y este largo trayecto debe ser supervisado por la guía y tutela de los biólogos marinos y pesqueros.

Reflexiones finales

Aunque es cierto que no todo es color de rosas en el ámbito pesquero (porque hay pescadores artesanales que usan artes de pesca no muy amigables con el ambiente o que no respetan las vedas y tallas mínimas), no podemos negar que de no ser por el trabajo en conjunto de pescadores y científicos, la ciencias del mar no habrían avanzado con los últimos descubrimientos de especies y medidas de conservación de la naturaleza que tenemos hoy en día.

Por último, para los biólogos marinos que se quieran enfocar en la investigación, manejo y gestión de pesquerías como de ambientes marinos, los pescadores son la primera línea de referencia para entender la situación de dichos ambientes, pues ellos conocen las especies que habitan por dicha zona, qué desafíos enfrentan y qué es lo que se espera de ese ambiente. La misión es guiarles por el camino de la sustentabilidad, pero también hay que velar por la seguridad de las especies marinas, e ir tras aquellos que se saltan las reglas.

Referencias:

 

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M.pazi

Muy buen artículo

Carlos Manzanares

Excelente Maxi, sigue así.

CIAN

Exelente artículo Maxi