Por : Sebastián Parra Zurita – Chile / Instagram: @z.s.parra / Correo: zsparra01@gmail.com

Cuando nos enfrentamos a ciertas realidades cada quien suele comentar: esta es mi verdad, cuando en realidad ha querido decir: esta es mi realidad. Las definiciones sobre la verdad son diversas y  muchas veces tendemos a aceptar verdades que están cubiertas bajo el manto de la equivocación, pero que por un sentido de pertenencia, las tomamos como verdaderas.

Pero, ¿qué es la verdad?

Muchos han sido los postulados a lo largo de la historia, para Aristóteles la verdad es algo inalcanzable, solo podemos mirarla desde lejos, pero jamás alcanzarla, sin embargo, valiéndonos de nuestro razonamiento podemos acercarnos a ella y abstraer aquello que tomamos como verdadero. Santo Tomás de Aquino por otra parte, induce una definición singular precisando a la verdad como la adecuación entre la cosa y el entendimiento. Siendo la cosa un aspecto de lo real, digamos, una taza, y el entendimiento como la definición que tenemos de ese objeto en particular. Para no quedarnos con estos postulados vamos a dirigir la mirada hacia la definición kantiana de la verdad, muy similar a la definición tomista; esto es, como un conocimiento abstraído de la realidad, es decir, del objeto.

Todos estos postulados nos indican que la verdad es una relación empírica-racional de aquello que nos rodea, si por un lado decimos, esto es verde, quizás para una gran cantidad de gente lo sea, pero para un hombre que es daltónico no será verdad ya que el color abstraído por su visión se limita a una escala de grises.

Entonces, ¿existen verdades universales?

La respuesta corta a esta pregunta es sí, pero está condicionada. Veamos, aquellos postulados universales que tenemos como verdaderos se remiten a la abstracción matemática de la realidad, si tenemos, por ejemplo, un triángulo, nadie negaría que aquella figura geométrica tiene tres lados o que la suma de sus ángulos forman 180º, por ende, esta es una verdad universal y necesaria. La matemática, y este ejemplo en particular, nos da verdades que tenemos como evidentes sin la necesidad de la experiencia, o como bien diría Kant, un juicio analítico a priori.

¿Qué es esto del juicio analítico a priori?

Un juicio a priori es el resultado de un análisis independientemente de la definición, el cual es positivo y evidente, por lo  que no se reduce en base a la experiencia. Por ejemplo, un juicio a priori sería exponer que una sociedad es mayor que el individuo, existe un componente universal, evidente y necesario que se puede deducir sin la necesidad de alguna base experiencial con respecto a lo anunciado. Ya que la suma de particulares (la sociedad) es mayor al particular (el individuo). Por otro lado, existe otro tipo de juicio, el sintético a posteriori, que es por ejemplo el decir que las mujeres de la tribu X miden menos de 1,65 mts, es sintético porque no es universal ni necesario, sino contingente, ya que solo se ajusta a un conjunto de todo el sistema. Y es a posteriori (posterior) porque se necesita de evidencia empírica para poder ser justificado. Estas son buenas herramientas para poder llegar a postulados que nos acerquen a la verdad y discriminar aquellas otras hipótesis que parecen serlo.

La verdad comparte cierta relación con la realidad.

Como se dijo anteriormente, tendemos a aceptar aquello que percibimos con los sentidos, pero que analizamos mediante la razón. Por ende, muchos de los postulados tomados como verdaderos, nacen de la abstracción de lo que definimos como real, y es esto último lo que se tergiversa muchas veces ante la observación. Platón decía que la única verdad yacía en el mundo de las ideas y que toda esta realidad era solo una copia, por lo cual la única manera de acercarnos a la verdad es con el uso de la razón. La razón es la herramienta más provechosa con la que cuenta el humano, y la verdad que subyace en la realidad puede ser alcanzada mediante el uso de esta. Para que esto se entienda de mejor manera se pondrá un ejemplo práctico para explicarlo, el postulado lo he denominado el postulado de la silla.

 

Postulado de la silla

Digamos que tenemos una silla cualquiera, como son todas, de cuatro patas, con respaldo y un soporte, tal como se muestra en la imagen, diremos entonces que esta silla representa la verdad.

Entonces, alrededor de ella dispondremos a hombres y mujeres a una distancia de cinco metros, dos metros separados entre sí de manera que formen un círculo alrededor de la silla que, recordemos, la silla representa la verdad.

Una vez dispuestos alrededor de la silla, se le pide a cada persona que dibuje y defina la silla desde su posición. Obviamente que las percepciones serán distintas ya que cada uno tiene un ángulo diferente de la silla en cuestión, llamaremos a esta definición particular como realidad, ya que cada observador abstrae para sí una realidad diferente del objeto de observación, en este caso, la silla que recordemos representa la verdad.

La situación es que cada uno ve la silla desde una realidad distinta, pero la silla como concepto sigue siendo silla para todos, por ende, no supone otro objeto más que el que comprendemos como silla, una verdad que no cambia, que se mantiene inmutable pero que es vista desde distintos puntos de vista. Pero debido a la posición de los observadores la definen de distintas maneras, tienen una representación real de la silla diferente de los demás que la rodean, pero la silla en cuestión sigue siendo la misma, es decir, una verdad evidente.

Es por ello que cada observador abstrae la verdad según su realidad, según el punto de vista por el cual la ven. Por ejemplo, el observador que se encuentra en hora 12 verá la verdad desde una posición muy distinta a la observadora que se encuentra en hora 6, esto es, digamos, el respaldo, una pata oculta por otra pata, mientras que la otra observadora verá la pata opuesta oculta, pero logrará ver la parte interna del respaldo; a su vez la observadora ubicada en la hora 6 la verá diferente al observador en la hora 3 y el observador de la hora 3 verá la verdad de manera distinta a su par ubicada en horario 9. La verdad sigue siendo una sola, que existe una silla, pero es representada con distintas realidades según el observador.

Este ejercicio o postulado nos puede servir para poder comprender las distintas aristas que rodean a la verdad, la cual es única e inmutable. Puede aplicarse también en el aspecto teológico, al ser Dios la única verdad evidente y necesaria las diferentes culturas lo representan de diversas maneras, cada cultura está rodeando a Dios y lo abstrae según su posición o sus costumbres, pero la verdad es que Dios sigue siendo uno y la única verdad.

Todo esto relacionado con la verdad da para especular, sobre todo en la filosofía donde existen varias corrientes que la estudian, tales como el dogmatismo, subjetivismo, relativismo, escepticismo, pragmatismo, criticismo y perspectivismo. Pero ¿Qué te parece a ti? ¿crees que existe la verdad universal o solo es relativa? ¿la verdad depende de donde se encuentre el observador para poder abstraerla de la realidad como el postulado de la silla? Coméntanos.

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Carl Valladares

¿la verdad depende de donde se encuentre el observador para poder abstraerla de la realidad como el postulado de la silla? Para mi todo es relativo, circunstancial.