Por : Sebastián Parra Zurita – Chile / Instagram: @z.s.parra / Correo: zsparra01@gmail.com
Creo que en pleno siglo XXI todos conocemos a Aristóteles, pero para quien no, se los presento. Aristóteles nació durante el siglo IV a.C. en la ciudad de Estagira, en la península de Calcídica, Macedonia, es por este motivo que fue conocido como el Estagirita. Desde muy temprana edad tuvo una educación rica en las ramas de la medicina y la naturaleza, ya que su padre era médico de Filipo II, Rey de Macedonia. Fue alumno de Platón, en su adultez fue consejero de Alejandro Magno de Macedonia y fundador del Liceo, escribió más de cincuenta obras en una época donde la escritura era una actividad poco usual, dejando un legado en las humanidades y las ciencias tan enriquecedor que científicos y filósofos posteriores estudiarían por siglos las ideas de este pensador, siendo así considerado por lejos uno de los más grandes filósofos clásicos de la antigüedad. Considerado el “padre de todos” desarrolló teorías e investigaciones en materias tan diversas como la biología, la física, la matemática, la ética, la política, la lógica y la metafísica. Y es precisamente en estas dos últimas materias en las que nos enfocaremos.
En su tratado de lógica, también llamado “órganon” (del griego antiguo όργανον, “instrumento”) hizo un primer acercamiento a la estructuración de argumentos coherentes y silogismos para dar concordancia a los enunciados del lenguaje, sin embargo, fue a lo largo de su extensa obra donde distinguió los principios lógicos más ampliamente, llamados también principios supremos, estos son: Principio de identidad, el cual menciona que una cosa no puede ser otra que no sea ella misma; el principio del tercero excluido, la cual nos menciona que esa cosa es A o es B dejando sin posibilidad de que esa cosa sea C; y principio de no contradicción, el cual nos menciona que una cosa no puede ser una y otra al mismo tiempo y en el mismo lugar. Pero ¿Qué tiene que ver Aristóteles con la mecánica cuántica? Pues mucho.
El Estagirita desarrolló las bases de la lógica y como ya hemos dicho, los principios lógicos significan una verdad universal con respecto al pensamiento racional. No obstante, hay que tener en consideración que, a pesar de que la lógica sea el punto de partida de las investigaciones científicas y filosóficas, eso no quiere decir que sean principios completamente inviolables ya que los estudiosos del tema han logrado doblar estos principios, pero nunca romperlos, en especial en materia de lenguaje. Otro punto antes de pasar a tratar el tema de la lógica es el de la metafísica. La metafísica (del griego μετὰ [τὰ] φυσικά, «más allá de la naturaleza») también conocida como la filosofía primera o de los primeros principios, y para mejorar su comprensión se divide en dos ramas fundamentales, la ontología y la teleología.
La ontología es el estudio del ente como tal, el ser en estudio el cual puede ser una silla o una estatua. La teleología es la ciencia que estudia las causas finales, en este caso, del ente. En el ejemplo anterior el ente, la estatua, tiene como causa final adornar un templo o una casa, la finalidad es estética; mientras que la silla tiene como finalidad el que una persona se siente.
Pero una estatua no puede servir como arma y una silla mucho menos nos servirá de alguna otra cosa que no sea para sentarse. Es aquí donde entran los principios lógicos de los entes. Aristóteles comentaría que si tenemos una silla diría que es una silla y nada más que una silla (principio de identidad), diría también que esa silla sirve para sentarse o no sirve para sentarse (principio de tercero excluido) y por último diría que es imposible que la silla sea una silla y no lo sea al mismo tiempo. Pero, la Mecánica cuántica ¿se salta estos principios?
A ver, pongámoslo en perspectiva: en el mundo atómico suceden cosas que son inexplicables a gran escala, digamos, la nuestra. Las sillas no están y están a la vez, por ejemplo, pero en el mundo cuántico las partículas subatómicas están y no están en el mismo momento y en el mismo lugar, son y no son a la vez. En estudios recientes se ha determinado que las partículas subatómicas tienden a comportarse de manera “lógica” cuando intercede un observador, pero cuando no existe observador el comportamiento de, por ejemplo, los fotones, es inusual e ilógico.
Pero ¿Quién es ese observador? Básicamente es cualquier sistema que interceda o mida las propiedades de las partículas subatómicas en estudio. Cuando no existe un observador las partículas subatómicas tienden a un comportamiento inusual para nuestra comprensión, existe un quebrantamiento de los principios supremos de la lógica, en especial, el principio de no contradicción ya que la partícula no puede existir y no existir en el mismo tiempo y en el mismo sentido. Por ende, cabe preguntarse… ¿la mecánica cuántica rompe casi todas las reglas de la lógica aristotélica?
¿Qué te parece a ti? ¿crees que algún día la humanidad pueda romper los principios lógicos de forma física o lleguemos a comprender a cabalidad la mecánica cuántica? Coméntanos. Y si quieres profundizar más sobre estos temas te invito a seguirme en mis redes: Instagram: z.s.parra; Tik Tok: z.s.parra; Youtube: z.s.parra