Por: Óscar Fernández Galíndez – Venezuela / Correo: osfernandezve@gmail.com

Se conoce por la ciencia oficial como trastorno de déficit de atención con hiperactividad. Y se caracteriza porque los niños, jóvenes y adultos se comportan de forma muy acelerada. Esta aceleración en algunos casos afecta el proceso de atención en clases o su proceso de asimilación de la información es tan rápido que rápidamente se aburre y termina afectando el proceso de aprendizaje de sus compañeros.

Hace unos 50 años veíamos en los salones de clases a uno o dos niños como éstos y la lectura por parte de los familiares era que este niño sería un futuro delincuente porque además de muy curiosos, tienden a ser muy desobedientes.

La recomendación en la mayoría de los casos ha sido enviarlo al psicólogo y/o psicopedagogo previa revisión de un neurólogo.

Como en estos casos observamos distintos niveles de manifestación situación similar a la que ocurre con la del espectro autista aquí los tratamientos pueden variar de ejercitar cuerpo y mente para aquietar la hiperactividad, seguida de una alimentación baja en azúcar a muchos de estos niños les prohíben por ejemplo el consumo de chocolate en especial en las noches porque este alimento los acelera más. Y en los casos más avanzados les diagnostican el consumo de una droga que los aletarga.

Hasta ahora ese ha sido el enfoque porque se ha leído como un trastorno en el que existe una medida de equilibrio y en consecuencia estos niños y jóvenes se salen de ese equilibrio y además afectan el supuesto equilibrio de los demás.

Hoy día hablamos de neurodiversidad y neurodivergencia, al mismo tiempo comprendemos que los procesos de adquisiciones de conocimientos varía de una persona a otra y que esto por no ser lo que se ha asumido como lo normal, debe sugerir que está mal.

El sistema educativo debe adecuarse a los cambios en los estilos de aprendizaje de los estudiantes y considerar que el orden y la obediencia ciega, no necesariamente representan un ejemplo ideal de aprendizaje.

Esto último choca con la forma con la cual fueron criados los abuelos de hoy que consideran que eso que ellos llaman disciplina, es la forma correcta de educar a los niños y jóvenes de hoy.

Hemos hablado hasta ahora de niños y jóvenes que poseen las características que se les atribuye a los TDAH, pero :

¿Qué podríamos de decir de profesores y padres que también son así? ¿Cómo les va en sus trabajos?  ¿Cómo se relacionan con sus familiares, amigos y demás miembros de la comunidad?

Quién escribe estas líneas es uno de éstos seres que percibimos al mundo de otra forma distinta a la establecida por la oficialidad o institucionalidad. Desde mi experiencia trataré de explicar cómo piensa un hiperactivo aunque eso puede cambiar de uno a otro.

Por lo general no percibimos detalles a menos que nos concentremos en ellos. Así pues vemos al mundo en resumen. Esos resúmenes nos llevan a una comprensión intuitiva a la que he denominado aprendizaje saltatorio igual como se da el fenómeno neuronal de la sinapsis.

Lo otro es que esto no acaba allí y una experiencia o comprensión puede ser cambiada al pasar del tiempo cuando la situación cambia o cuando la interpretación se profundiza. De allí que nada que se percibió en el pasado queda luego descartado, al contrario es continuamente mejorado.

De allí que la percepción del tiempo se traduce en un continuo presente.  Un escritor de este tipo por ejemplo no parte de escribir un índice ni trabaja de forma secuencial, sino que va armando como un rompecabezas todas sus ideas y luego las ordena de acuerdo a alguna lógica coherente que le dará sentido a ese trabajo que siempre será inacabado y que podrá ser ampliado y/o modificado en cualquier momento.

Pensar en forma de rompecabezas sugiere que no sólo se vale del pensamiento propio para darle sentido a su vida, sino que también busca en otros seres que pueden o no coincidir con su percepción para así ampliar su perspectiva.

Algunos psicólogos han definido esta forma de aprender cómo super aprendizaje y han desarrollado métodos vía gimnasia cerebral que pueden ayudar a las personas a desarrollar éstas habilidades que los TDAH ya poseemos desde el nacimiento.

Algunos TDAH poseen gran memoria y don buenos para el cálculo, otros pueden llegar a ser muy buenos para el desarrollo del lenguaje. Sin embargo tanto a unos como a otros se les puede dificultar al inicio éstas habilidades que son propias del hemisferio cerebral izquierdo y en las que los autistas se desarrollan más de forma natural.

Por otra parte los TDAH somos muy creativos, imaginativos, intuitivos y espirituales. De allí que el trabajo teórico, invención estratégico e incluso de diagnóstico, se nos hace muy fácil.

A diferencia de los que usan más el hemisferio cerebral izquierdo, los que usamos más el hemisferio cerebral derecho, podemos desarrollar varias actividades al mismo tiempo y también podemos generar aportes a distintas disciplinas sin ni siquiera haber sido formados en dichas áreas del conocimiento.

Un TDAH por ser más intuitivo es capaz de aproximarse a experiencias espirituales de forma más fácil si logra aplicar mayor atención y centramiento en sus actividades cotidianas y sí además se hace más coherente con lo que piensa, siente y hace.

Es así como hemos intentado dar una breve descripción de los TDAH y esperamos que con ello nos aproximamos más a lo que ha de ser la neuroconvergencia o el encuentro armónico de todas las diferentes formas de pensar.

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