Por: Diego Munguía – México, Nezahualcóyotl / Correo: dulcandymunguia@gmail.com / Instagram: @mor_ia55

Me sorprende mucho que aún estén aquí mis pequeños niños, ha sido un viaje movidito por estas tres partes sobre el terror en la sociedad y su clasificación, si no has leído las primeras dos partes, aquí deja su link para que vayas y leas este enorme ensayo que realice para ustedes. Mis queridos lectores perturbados, demos inicio y terminemos de una vez este viaje de la hora de los malos.

Parte 1: El terror en la sociedad y su clasificación.

Parte 2: Maestros de lo macabro.

Obras que impactaron al mundo.

La lotería.

Una historia que nos habla sobre un ritual conocido como “La lotería”, en el cual se elige a una persona ganadora, la cual será lapidada hasta la muerte por todos los residentes de una pequeña ciudad, esto como ritual para asegurar las cosechas según las creencias de los habitantes. Esta historia fue criticada muy amargamente en su tiempo, incluso siendo prohibida en la Unión Sudafricana. Razón por la cual, se le prefiere hacer ver como un simple cuento. Fue tanta la fama que alcanzó, que se le han hecho innumerables referencias en productos audiovisuales.

El resplandor.

En esta novela, la historia gira en torno a Jack Torrance. Es un padre alcohólico el cual recientemente perdió su trabajo, por lo que consigue ser contratado para cuidar del Hotel Overlook durante el cierre de invierno. Jack lleva consigo a su esposa y su hijo, el cual es un niño con un don especial, y el hotel no desaprovecha la oportunidad de hacerse con él mediante su padre y otros medios.

El Resplandor de Stephen King, fue revolucionario en su época, más que nada en el género del horror, siendo alabada por la crítica. Esto haría que el director de cine, Stanley Kubrick, adaptara la novela en 1980, lo cual causo que la fama de “El Resplandor” creciera más, aparte de volverse uno de los íconos más famosos y queridos en el mundo del terror. Esto ha causado que diversas películas, series, y otros libros existieran, puesto que la historia los inspiró. Simplemente, fue un hit.

Fantasmas.

Fantasmas (Ghost story) de Peter Straub es la historia de unos amigos, los cuales se reúnen tras una tragedia y cuentan historias de terror, las cuales, serán mucho más que eso al final.

Esta historia cuenta con diversas referencias y paralelismos con otras obras contemporáneas del horror y terror gótico, siendo algunos ejemplos: Carmilla de Sheridan Le Fanu, y diversas criaturas de la mente de Anne Rice. Su éxito fue bastante grande que no pasó mucho tiempo para que se hiciera la adaptación cinematográfica. Lamentablemente no fue muy buena, pero esto a la vez nos demuestra el gran talento de Straub, y como cada exquisita palabra está ahí por una razón. Sinceramente, la magia de Fantasmas solo funciona en el papel, aunque no cabe duda que en algún momento alguien llegará para llevar a esta gran obra de terror al producto audiovisual.

Drácula.

Drácula es sin lugar a dudas, uno de los personajes más trascendentales en la cultura popular, siendo creado por el escritor Bram Stoker en el lejano año de 1897. La historia nos relata la vida del conde Drácula, quien busca saciar su sed de sangre. Este es un argumento bastante básico, para una novela que terminaría siendo revolucionaria en el género del terror en general, pero, sobre todo en el terror gótico.

Drácula ha sido adaptado, parodiado, referenciado, y alabado en múltiples trabajos de todo tipo, ya sean audiovisuales, literarios, líricos, etc. Puesto que el concepto fue bastante original, tanto así, que hubo un tiempo donde todos querían escribir su propia historia sobre vampiros. Y a pesar de que existen grandes trabajos, ninguno se  acercar a lo que fue  Drácula. Aunque claro, todo esto no existiría si no hubiera sido por Carmilla.

Frankenstein.

Cuando leemos la novela de Shelley encontramos que nos habla principalmente de la soledad que experimenta un ser que tiene las propiedades de un humano, pero a quien los humanos no reconocen como uno de los suyos. Sin embargo, las interpretaciones posteriores en el cine y la literatura han profundizado poco en su contribución a la reflexión sobre la soledad humana.

Durante el siglo pasado, Frankenstein se convirtió en un punto de referencia del género de terror y en particular de cuando se quiere manifestar que la ciencia puede dar lugar a resultados que no se controlan y se acaban volviendo contra sus creadores. De este modo, cuando algunos quieren hablar de algún producto manipulado y peligroso hablan de “Frankencerdos” o “Frankencomida”. Ya lo reconoce el ser producido por Frankenstein: “Si no puedo inspirar amor, causaré miedo”.

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hide.

Esta novela fue un punto clave en su momento debido a que la sociedad estaba abiertamente conducida por los varones. Los asuntos morales y formales se consideraban inquebrantables, especialmente lo referente a la castidad, el rechazo a los vicios, el respeto por los deberes de la fe y por el descanso dominical.

Lo anterior derivó en la llamada “doble moral victoriana”, o sea, las contradicciones que había entre las rígidas normas establecidas y la práctica cotidiana que se alejaba de lo establecido por la sociedad. Y como se observa en la historia, un hombre que quiere salir de esa “normalidad” sacando a un ser salvaje a través de una solución provocó mucho revuelo.

El exorcista.

Basa en la novela homónima, el exorcista fue la primera cinta que provocó un pánico verdadero entre los espectadores, confirmando lo que él séptimo arte puede generar en las masas.

Según el académico español Ramón Carmona, “el cine genera una posición pasiva y externa en la que creamos una psicosis artificial con posibilidad de control, la misma que se resuelve al salir de la sala”. Esto explica lo que el cortometraje documental The Cultural Impact of The Exorcist (1974) logró capturar, y que hoy se considera una “leyenda urbana”,: espectadores desmayándose frente a la pantalla —algunos lograban salir de la sala antes de desvanecerse, oportunamente, frente a las cámaras—, otros lloraban mientras atestiguaban, con voz apenas articulada, que nunca habían visto algo semejante; unos tantos admitían que era la tercera vez que iban a ver la cinta, pero que aún no lograban permanecer más de 30 minutos dentro de la sala.

Soy leyenda.

La novela cuenta cómo un solo hombre ha sobrevivido a un desastre indeterminado que ha acabado con toda la población de la tierra. Sobreviven, eso sí, unas criaturas que podríamos calificar como vampiros, viven de noche y acosan a nuestro protagonista, Neville, en su casa, donde vive atrincherado. Durante el día, mientras duermen escondidos, sale para cazarlos en sus guaridas mientras descansan, y también para buscar víveres y una cura.

Pero la originalidad que destaca Vicky Hidalgo viene de otro punto, su racionalización de los monstruos. Los “vampiros” que acosan a Neville tienen todas las características de los chupasangres clásicos (colmillos, palidez, fobia a la luz y a las cruces, hibernan de día), pero Matheson lo convierte en una enfermedad, entre psicológica y mutante, una dolencia clínica más que una condena trágica. El vampiro de ‘”Soy leyenda” es analizable (e incluso curable), no es una entelequia incomprensible y mítica, como Drácula. “Soy leyenda” es la versión postindustrial de la novela gótica.

Soy leyenda presenta “la evolución del mito del vampiro, que por primera vez es una plaga, no una singularidad. Un concepto que después han desarrollado de forma magnífica Stephen King en “El misterio de Salem’s Lot” o Carlos Sisí en su trilogía “Rojo’”. Pero hay más, claro, y para entenderlo solo hay que irse a una película esencial para el terror moderno, y que bebe muchísimo del libro de Matheson, casi hasta el punto de ser una versión apócrifa de la novela “La noche de los muertos vivientes”’ de George A. Romero.

No solo nos encontramos en la película que dio el pistoletazo de salida para el cine de terror moderno una situación argumental parecida, con unos monstruos en masa y muy parecidos entre sí, casi sin identidades diferenciadas, acosando a unos humanos en una casa. Además, los supervivientes tienen la sensación de que, aunque consiguieran escapar de esa encerrona, no habría una salida clara. Porque la sociedad ha colapsado. El fin del mundo ha tenido lugar (como en “Soy leyenda”, en  “La noche…” nunca se termina de definir qué ha pasado exactamente) y aunque se libren de los vampiros / zombis, no se sabe qué sucederá a continuación.

Todos estos elementos aparentemente dispares (racionalización de un mito del terror gótico, post-apocalipsis, historia asfixiante y paranoica de un hombre encerrado en un entorno hostil) se ramificaron en múltiples influencias. Nos cuenta Hidalgo que “sin  Soy leyenda no existirían los zombis tal como los conocemos hoy”, y es cierto, porque sin ella, los zombis seguirían teniendo su origen en los ritos del vudú y no serían esa masa inabarcable y anónima que identificamos con el mito.

e

La llamada de cthulhu.

El relato propulsó los llamados mitos de Cthulhu, relatos y novelas basados en la idea de que ciertas criaturas de otros mundos, que vivieron en nuestro planeta en épocas remotas, desean reconquistar la Tierra. Estas historias fueron un trabajo colectivo del denominado “Círculo de Lovecraft”, formado por el mismo Lovecraft y otros escritores como Clark Ashton Smith, Robert E. Howard, Robert Bloch, August Derleth y Frank Belknap Long, entre otros, la mayoría de ellos amigos o conocidos de Lovecraft. Sin olvidarnos de ese miedo a lo desconocido que tanto daba que hablar el escritor. Ver una entidad cósmica de miles de años en una ciudad submarina esperado ser despertada para poder destruir a la humanidad. Generó tanto miedo en la sociedad que luego sería repetir lo ya antes dicho.

El bebe de Rosemary.

La novela de Ira Levin de 1967, autor de otras historias de corte similar donde las mujeres sufren transformaciones indeseables a manos de fuerzas opresoras. Pero pese al subtexto demoníaco, la historia de Rosemary y su hijo, el Anticristo, no es un espectáculo de parafernalia encarnizada. Por el contrario, es una historia de tono sosegado y contemplativo, sin galones de sangre ni cuellos retorcidos. La violencia es flagrante, por supuesto, pero más psicológica que paranormal. Aquí, los demonios reales y metafóricos se nos revelan con un suspenso creciente, a través de los ojos de una mujer sometida y confinada por la imposición de los intereses de otros sobre su cuerpo.

La manipulación de una mujer de tener a un ser vivo dentro ella pudo haber provoca en la sociedad un enorme miedo. Tal vez en tiempos más modernos esos temas queden mal, pero solo imaginar a las mujeres de sus años dan escalofríos. Y más que, la historia del libro y la película fueron el inicio del boom del terror que revivió en la década de los 70s.

La noche de los muertos vivientes.

El punto de partida para la creación de esta película fue la novela pos apocalíptica “Soy Leyenda” de Richard Matheson. Pero más allá de los elementos de ciencia ficción se esconde un poco de realidad.

Influenciado por el contexto sociopolítico de los 60, Romero expone en su relato la división de la sociedad a través de los personajes, que tienen ideologías diferentes y reaccionan de manera distinta bajo presión sin llegar a resolver un problema juntos. Ésta es una de las características que la convierten en una obra de arte atemporal.

Uno de los aspectos más importantes de la película es su estética serie B. Romero, rompiendo las convencionales técnicas de Hollywood, decidió utilizar una fotografía claustrofóbica, desenfocada y “sucia”. En lugar de restar valor al aspecto visual, estas decisiones le dieron a la película una personalidad única.

Actualmente los zombis se encuentran en la mayoría de los medios de la cultura pop como series de televisión, programas animados, videojuegos y cómics. Pero la violencia hipergráfica, el canibalismo y el gore asociados con los zombis son gracias a Romero porque básicamente diseñó un nuevo tipo de monstruo.

Espero que les haya gustado este viaje, para mí fue divertido recorrer los pasillos de los maestros del terror y el horror, tal vez uno más esperados que otros pero, con un enorme cariño a lo que se hizo en todos estos años.

Espero leer sus opiniones y los invito a visitar mi red social Instagram @mor_ia55, nos vemos en mi próximo blog. Igualmente, me puedes seguir en mi canal de YouTube moría 55

 

Diego Munguía

Diego Munguía

un mexicano que sueña con escribir novelas, cuentos y relatos de terror. ahora trabajo de bloguero para petroglifos.
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