Por: Bartolomé Cavallo – Venezuela / Correo: cavallobartolome5@gmail.com /Instagram: @teatroacavallo
El sábado 15 de junio de 2024 se presentaron tres pequeñas muestras de lo que se espera sea el renacer del teatro en el municipio Mariño, con la instalación del Primer Encuentro Teatral Mariño en homenaje a Mariozzi Carmona y Ramón Lameda, recientemente fallecidos los dos.
En la mañana tuvimos la oportunidad de ver el unipersonal de Guillermo Cadrazco Hurgando la Máscara Ajena, escrito y dirigido por el mismo actor. Este trabajo ya lo habíamos visto con mejor intención en otros espacios; con esto quiero hacer énfasis en que los espacios sí condicionan el resultado de una interpretación.
Esta vez Cadrazco, en una especie de tinglado campesino en el Consejo Legislativo de la entidad, intentó mostrar su profesionalismo y años de dedicación a la actuación, pero termina complaciendo a este encuentro, a sabiendas que el público ya estaba cautivo. Sin ritmo y sin fuerzas, que sabemos que la tiene, pero insisto, en una feria la gente lo que quiere es divertirse.
Cadrazco es uno de los impulsores del teatro municipal y lo vimos haciendo de todo: repartiendo desayunos, llevando sillas, montando sonido, contactando a los ediles para que ayudaran al encuentro y en un descuido, actuando. Por lo tanto, su representación se ve esquemática y sin mayor lucimiento. Ahora ya con la calma de la fecha, nos gustaría ver a Guillermo Cadrazco dedicado a trabajar su personaje.
En la tarde de ese mismo día se presentó Martín Suárez con el monólogo El daño que causa el tabaco de Antón Chejov (1860-1904) La historia de Iván Ivanovich Niujin, esposo de la propietaria de una escuela de música y de un pensionado de señoritas, que le hace la vida imposible. Con la excusa de dictar una conferencia a propósito de lo terrible que pudiera ser el tabaco en los fumadores, Niujin explica todo su pesar al estar casado con esta mujer.
Igual que con Cadrazco, el espacio donde se sesiona sirvió de escenario, previo quitar las sillas, llamar al público que estaba afuera y organizar el mejor sitio para la representación. Martín también tuvo que preparar la logística, comprar el pollo y el arroz para el almuerzo y cargar las cornetas para el sonido. De idéntica manera se llamó al silencio y comenzó la obra de Chejov. Sin fuerzas, con voz tenue y un personaje estereotipado, Martín ha demostrado que es un excelente actor. Insisto, los espacios deben ser sitios acondicionados para el arte escénico y los actores y las actrices deben tener su estructura mental y física para la actuación.
Un poco después se presentó la gente del Teatro Estable de Maracay con la obra Los sueños rotos de la familia Berruga del dramaturgo Humberto Orsini (1926-2017) en tono de sainete, muy popular en los años cincuenta. El TEM está cumpliendo 56 años a la intemperie, sin una sede acorde a una agrupación por antonomasia de la teatralidad aragüeña, donde pasaron una serie de directores importantes y un grupo de actores y actrices que realzaron el gentilicio del estado.
Ahora bien, y aquí confluye el tema del espacio, hay que mover el escritorio donde se dictan las leyes, el sonido nunca llegó a sonar y los travesaños del estrado entorpecían el desplazamiento. Pero, y aquí quiero que nos detengamos un poquitico, porque independientemente de las dificultades espaciales, las actrices se quedan truncas a la hora de diseñar los personajes, limitándose al manido esquema de llorar extrañamente para no llorar nada; utilización en desuso del distanciamiento con el público y salirse de situación incorporando elementos distractores como pañitos de cocina.
En hora buena vimos al mejor actor que hay en la actualidad en el teatro maracayero, Samuel Álvarez, en todo momento ensimismado en su personaje, con poco texto pero con las intenciones bien trabajadas; creo que este actor se pierde de vista en obras de mayor producción. José Noguera pasa desapercibido a pesar que es quien detona el conflicto; con poca voz y sin saber dónde estarse. En términos generales, este sábado sirvió para la reflexión en cuanto al papel de Estado en el área teatral, pero también para que nos preparemos en la formación.
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